Como ya es tradición, y esta Navidad no fue la excepción. cada cierto tiempo el cartero llega cargando sabores y aromas desde la tierra del «blues» y el «bourbon». Esto gracias a la generosidad del hermano Manolo Matos.

Semejante surtido inspiró la primera barbacoa del año. Corona de costillas ahumada en hickory -nuez dura-, aderezada con el «rub» de DOE’s Eat Place -antro que desde el 1941 ubica en Mississippi- y terminada con la maravillosa salsa Blue Hog Smockey Mountain nacida del ingenio culinario de Missouri.

La cosa comenzó temprano preparando el asador WEBER utilizando el «método serpiente» lascas de madera de «hickory». De esa manera se mantiene una temperatura constante por largos periodos de tiempo, cosa que permite al espíritu de Bayamanaco abrazar cocinando las mismas de forma muy lenta.

Mientras el costillar se preparó usando mostaza como pega para que el polvo sagrado del «rub» de DOE’s Eat Place se le adiare a la pieza y, no solo añada sabor al costillar, sino que también sirva para que cree corteza al ahumarlo.

Una vez sazonado el costillar, en este caso, se enrolla sobre si mismo y se sujeta con cordón o pinchos de metal para lograr que la pieza se cueza de manera vertical y ocupe menos espacio. Esto es muy útil si se están trabajando múltiples piezas en una barbacoa con espacio limitado.

Pasadas unas dos y media horas en los brazos de Bayamanaco, ya el costillar comienza a mostrar sus mejores colores y aromas.

Cuando la temperatura interna de la pieza pase los 160f, se pinta la pieza con la salsa escogida. En este caso como se dijo, la Blue Hog Smockey Mountain nacida del ingenio culinario de Missouri.

Una media ahora más tarde todo está listo para celebrar la generosidad de Bayamanaco, ¡BUEN PROVECHO!!!