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El Blog de Gary Gutiérrez

Observador social, iconoclasta aspirante a ácrata, apóstata, comantenedor del programa @tempranopr de http://www.pab550.com, y barbicuero de patio

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Personal

Grx por el pan Mrs. Sharon…


Aún desde mi usual depresión, tengo que reconocer lo afortunado que soy con las amistades. 

Una de las más importante es Mrs. Sharon, la maestra de historia de Peñuelas.

Valiente y solidaria mujer feminista y ambientalista que no tan solo me permite compartir como familia con sus hijas y su nieta, además me incluye entre los beneficiados en la repartición de su maravilloso pan de guineo.

Firme pero delicado y esponjoso, el pan de guineo de Mrs. Sharon tiene un dulce sabor a guineo en balance con las especies que lo complementa pero no lo opaca.

Así la cosa, aprovecho para agradecer a Mrs. Sharon que comparta conmigo el pan de guineo, pero sobre todo que me permita ser parte de su familia…

#Iphonegraphy: Coffee Joint


Iphonegraphy en el Cementerio

Hasta siempre Ángel, uno de esos impresindibles…


Hay hombres que luchan un día, y son buenos. Hay otros que luchan un año, y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: Esos son los imprescindibles.                                            Bertolt brecht

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Amigos, colegas y coconspiradores se reunieron en la Librería El Candil para, en medio de percusión, poesía, canto a los ancestros y cuerdas de cuatro,  le dicen hasta pronto al Maestro Ángel Pagan.

Aun cuando en unos días el Filosofo y conguero buscará el sendero de su familia en la Florida Central, nunca dejará la Isla pues Pagán es uno de esos para quién Puerto Rico es un estado mental.

Sin embargo, los que le vemos partir sabemos que con su salida seremos menos país.



Citado por Voces del Sur: Los muertos se visten de blanco: relato “realista y entretenido” del narcotráfico


Voces del Sur

 

Los muertos se visten de blanco: relato “realista y entretenido” del narcotráfico

 

Voces del Sur

 

La presentación en Ponce de la más reciente novela del abogado y escritor Hiram Lozada Pérez, Los muertos se visten de blanco, fue poco convencional, pues contó con tres comentarios desde las perspectivas criminológica, literaria y espiritista, y al final se convirtió en un conversatorio entre entusiastas que hicieron cerrar más tarde de lo usual la Librería El Candil, el pasado jueves por la noche.

Los profesores universitarios Gary Gutiérrez Renta, Beatriz Navia Antezana y Vivien Mattei Colón analizaron el texto desde tres campos de su dominio, mas coincidieron en que la obra es entretenida, de fácil y rápida lectura, y extremadamente visual.

La presentación fue auspiciada por el Ateneo de Ponce.

Gutiérrez Renta, criminólogo y ex fotoperiodista, comentó que la narración es un “realista retrato del mundo policiaco y, por ende gansteril, que coexiste en muchas de las comunidades de este Puerto Rico secuestrado por el narcotráfico”.

“La novela Los muertos se visten de blanco, que se me antoja calificar de criminología etnográfica o cultural, va dibujando en grises no solo el mundo de ‘lo criminal’, sino que paulatinamente va produciendo un retrato de la sociedad en que vivimos. Una sociedad donde el crimen y el narcotráfico es un buen negocio tanto para quienes lo trabajan, como para los que lo combaten”, evaluó el autor del libro Exclusión y violencia.

Al referirse –sin adentrarse- al aspecto espiritual de la tercera novela del autor, Gutiérrez Renta señaló que el protagonista “está enmarcado en una espiritualidad silvestre que sirve como retrato etnográfico a nuestra religiosidad popular donde las conversaciones con los que ya no están, las premoniciones y los amuletos son tan cotidianos como las catedrales y las cruces cristianas”.

Quien comentó a profundidad sobre el tratamiento del tema espiritista en el libro fue la experimentada comunicadora Vivien Mattei Colón.

“En términos generales, la manera de presentar la relación entre las dos dimensiones, encarnados y desencarnados, es bastante afín a la doctrina espírita, a la cual hace referencia en varias ocasiones, refiriéndose al bisabuelo espiritista y sus libros de Kardec”, sostuvo la relacionista profesional.

En el complicado ejercicio de comentar sin revelar detalles del relato, Mattei Colón describió cómo se presentan las relaciones entre los muertos y sus familiares vivos, y los significados del color blanco en la trama.

“La lectura de Los muertos se visten de blanco nos deja una agradable sensación de que esta convivencia entre encarnados y desencarnados es algo natural, deseable, reconfortante, necesaria para comprender la dimensión de la experiencia humana y de las más fundamentales emociones y valores como el amor, la fidelidad y la honestidad”, manifestó.

Por su parte, la socióloga y escritora Beatriz Navia Antezana elogió la construcción del relato porque, a su juicio, provoca “que no puedas dejar de leerlo”, y lo calificó de “contundente como un cuento”.

“Ese don de capturar la atención lo convierte, no en un libro más de narcotráfico, sino en una novela muy interesante sobre esta temática que nos arropa a todos”, expresó la autora de la novela Las ciudades de Lucía y el conjunto de relatos (des)Amores.
En su turno de reacción, Lozada Pérez reveló que la novela es sumamente visual porque la concibió como un guion de película.

“Los muertos se visten de blanco fue casi fácil de hacer porque no surge de otros textos ni experiencias, como mis anteriores novelas, sino que surge de imágenes en mi cabeza. Solo tuve que transformar esas imágenes en palabras”, explicó.

Lozada Pérez es autor, además, de las novelas Los días de abril y María Madiba; del poemario Poesía Necesaria; y de los libros de cuentos La desaparición de Jane Montgomery y Cuentos de los últimos días.

Novela Los Muertos Se Visten de Blanco -comentaro-


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Hiram Lozada Pérez

Novela: Los Muertos Se Visten de Blanco

Autor: Hiram Lozada Pérez

Editores: Isla Negra

Comentarios presentados el 31 de marzo del 2016 en la Librería El Candil de Ponce por Gary Gutiérrez y Vivien Mattei

Realista y visual, Los Muertos se Visten de Blanco 

Comentario por Gary Gutiérrez

“La vida te da sorpresas”.

La canción de aquel juglar que aspiró a la presidencia de Panamá probablemente es la forma más elocuente de expresar mi asombro ante la petición del abogado Hiram Lozada Pérez. El amigo Hiram me solicitó mediante Orlando Planchart que le comente una novela.

¿Disertar yo sobre una novela, cuando mi principal deficiencia académica es la literatura?

Como he dicho en otras ocasiones, desde mi escuela intermedia tanto el currículo de español como los curas Escolapios se encargaron de castrar en mí la capacidad para apreciar ese arte de organizar palabras y narrar historias.

No obstante, honrando la amistad con Hiram Lozada Pérez, pero a la vez horrorizado por la encomienda, no me queda más remedio que enfrentarme a mis más profundos miedos y tratar de hacer lo mejor posible.

Es de esta manera que termino de frente al objeto de mi terror: la novela LOS MUERTOS SE VISTEN DE BLANCO, como dije de Hiram Lozada Pérez.

Para mi suerte, y probablemente la razón por la que Hiram me solicita el comentario, se trata de una novela policiaca de esas que llaman “novela negra”.

Los MUERTOS SE VISTEN DE BLANCO, publicación que vio la luz en el 2015 bajo el sello de Isla Negra Editores, es una hermosa publicación engalanada con una maravillosa fotografía de portada. Aunque de fácil y entretenida lectura, la narración no deja de ser un realista retrato del mundo policiaco y, por ende gansteril, que coexiste en muchas de las comunidades de este Puerto Rico secuestrado por el narcotráfico.

Hace unas décadas escuché, no recuerdo si fue a Eduardo Galeano o al recientemente fallecido Umberto Eco –mis excusas por la falta de precisión- , que hablaba de que las buenas obras de arte son aquellas que se pueden apreciar desde diferentes niveles. Es decir, que pueden tener múltiples lecturas, dependiendo del nivel o desarrollo del observador u observadora.

Nuevamente por suerte para mí, este es el caso de LOS MUERTOS SE VISTEN DE BLANCO.

Así que como medida de auto preservación, mi acercamiento al escrito puede ser posible desde la criminología, campo en el que durante los pasados años me muevo con más comodidad. Utilizando entonces la criminología, sobre todo la llamada criminología cultural, como tabla salvavidas, me adentro en el caudal etnográfico del escrito de Hiram para buscar esa relación que, según los y las criminólogas, culturales existe tanto entre la cultura y el crimen, como entre el crimen y la cultura.

Desde esta perspectiva, la novela de Lozada Pérez se revela como una documentación etnográfica de nuestra sociedad, donde el comportamiento criminalizado representa uno de los sectores más fuertes e importantes de la economía.

Al comenzar a leer, las primeras páginas me transportaron décadas atrás cuando la violencia era la cotidianidad en mi vida de fotoperiodista policiaco de provincia. La narrativa de Hiram en esas primeras páginas fue como un viaje a una realidad que, enterrada por antidepresivos, alcohol y cinismo, todavía habita en mi memoria. Según mis ojos navegaban las palabras de Hiram, regresaban a mi realidad los olores, los sonidos, los llantos y los gritos de dolor de las madres y los familiares de cientos de anónimos muertos o arrestados que conforman mi acervo fotográfico.

Así, el leer la brutalmente realista narración del primer capítulo me llevo a reflexionar sobre cómo fui testigo primario de la barbarie producto de una absurda prohibición que por más de cuarenta años nos condena e impone un tributo de sangre que permite a los más poderosos controlar a los más pobres. Más aun, el comienzo de la novela me llevó a confesarme a mí mismo, lo estúpido que fui al legitimar con mis imágenes la absurda guerra contra los negros y pobres, perdón, contra la droga declarada por criminales de lesa humanidad como Richard Nixon y sus secuaces.

De igual forma pero desde la perspectiva más personal, el realismo antropológico de la narrativa de Lozada evocó en mí aquellos miedos vividos al momento de recibir la llamada de un tiroteo o de un arresto. Miedos, por ejemplo, de que el muerto o el arrestado fueran alguien conocido o un familiar.

Definitivamente, la precisión en la narración del incidente que abre la novela y que da paso a la trama, demuestra la maestría y el conocimiento que tiene el autor cuando viene a ese mundo marginal, pero siempre presente en nuestra sociedad.

Igualmente magistral es la forma en que este relato ilustra cómo la desconfianza, la intriga, el no saber nunca cuáles son los verdaderos aliados, de cuáles son las intenciones o quién realmente es ese con el que uno está hablando, son la normalidad en ese mundo donde la suspicacia no solo es la norma, también puede ser lo que te salve la vida.

Como bien se ve en la novela, en ese mundo no hay amigos ni enemigos, buenos ni malos, no hay gente decente o indecente, no hay culpables o inocentes. Es un mundo donde cada cual, perseguidor o perseguido, sobrevive como puede. No importa si llevas placa o pañuelo que te cubra el rostro, es un mundo donde hay veces que estás en un lado de la ley por razones incorrectas y antiéticas, o en contra de los estatutos por razones éticas o correctas.

Lozada nos lo deja claro; es un mundo de grises dónde solo hay intereses.

El verbo de Lozada Pérez surge entonces como uno que nos libera de viejos y trillados discursos criminológicos, donde las subjetividades eran concretas y donde los buenos siempre eran los disciplinados, justos y éticos.

Entrelazada en la entretenida trama, para esos que se atrevan mirar, Hiram levanta la absurda cortina de la modernidad y sus identidades concretas, para permitirnos ver que en muchas ocasiones “los disciplinados, los justos y éticos” no necesariamente son los que cargan la placa y juraron proteger vidas y propiedades.

De esa manera, la novela LOS MUERTOS SE VISTEN DE BLANCO, que se me antoja calificar de criminología etnográfica o cultural, va dibujando en grises no solo el mundo de “lo criminal”, sino que paulatinamente va produciendo un retrato de la sociedad en que vivimos. Una sociedad donde el crimen y el narcotráfico es un buen negocio tanto para quienes lo trabajan, como para los que lo combaten. Una sociedad dónde también ese ilegalizado narcotráfico termina destruyendo tanto a perseguidos como a perseguidores. En la novela se trasluce claramente cómo la absurda prohibición de unas sustancias, se mantiene porque es de provecho, tanto para los primeros, como para los segundos. Lozada, en ese sentido, deja claro que el ilegalizado narcotráfico es tan solo un negocio, es un buen negocio, donde todos somos víctimas y victimarios.

Así las cosas, la novela LOS MUERTOS SE VISTEN DE BLANCO de Hiram Lozada Pérez tiene que ser lectura obligada para cualquiera que le interese el tema de la criminalidad, pero sobre todo para nuestros estudiantes de justicia criminal.

De hecho, su amena y fácil lectura atrapa al lector evocando los guiones de las mejores series policiacas. Leer el trabajo de Lozada Pérez es como ver capítulos de la estadounidense serie The Wire o de la serie original Law & Order. Para mí, los mejores ejemplos del género policiaco en la televisión estadounidense.

Voy más lejos, no dudo que las escenas de tiroteos o masacres descritas por Lozada, evoquen entre los más jóvenes la iconografía de los videojuegos o de las películas de los hermanos Wachowski. Por supuesto, para los más maduritos, la novela pudiera ser una narrativa en blanco y negro al estilo de la original serie de Los Intocables

.En fin, que como en otros trabajos de Lozada Pérez, el protagonista encarna el arquetipo del héroe que tiene que bajar a los infiernos para regresar empoderado casi a nivel espiritual y hacer lo que se tenga que hacer. En este caso también, como en los otros trabajos de Lozada, ese héroe está enmarcado en una espiritualidad silvestre que sirve como retrato etnográfico a nuestra religiosidad popular donde las conversaciones con los que ya no están, las premoniciones y los amuletos son tan cotidianos como las catedrales y las cruces cristianas.

Por supuesto, la novela también tiene lo que el profesor Luis Trelles llamó el tributo o regalo al gran público. Es decir, esas escenas que sirven para llamar la atención de los que solo se adentran al nivel más simple de la obra. Tanto las terribles escenas de violencia como la sazonada parte donde el héroe se baña con su protegida, son entretenidas unas y sabrosa la otra.

Termino así recomendándoles la novela LOS MUERTOS SE VISTEN DE BLANCO del amigo Hiram Lozada Pérez, no solo porque es un excelente retrato de la cotidianidad de lo que llamamos criminalidad y de sus protagonistas. Se las recomiendo pues la pase bien, y disfruté leyéndola. Gracias Hiram, espero la próxima.

 Sobre Los muertos se visten de blanco de Hiram Lozada Pérez

Tema: La presencia espiritista en la novela
Vivien E. Mattei Colón

Resulta un reto el comentar las referencias a conceptos espiritistas dentro de esta corta novela sin revelar datos que puedan afectar el conocimiento del relato, o como decimos en Castilla, spoiler alerts. Así que decidí escribir y leer lo que voy a compartir para evitar entusiasmarme demasiado sobre este tema que me apasiona, al grado de que pueda arruinar las deliciosas sorpresas de la trama.

Los muertos se pasean por esta historia de principio a fin. Pero no es una novela de misterio, sino de suspenso, de trama policiaca. Más allá de los múltiples cadáveres que pasaran por la mesa del forense, los espíritus de algunos de los personajes y de otros que son perceptibles para la protagonista y su familia, son parte de un intercambio tratado con naturalidad por el autor.

La trascendencia del alma a la muerte física y la comunicación con el mundo espiritual, son dos de los fundamentos de la Doctrina Espiritista, iniciada con la publicación de El Libro de los Espíritus en el 1857, una recopilación de preguntas y respuestas acumuladas a través de múltiples sesiones mediúmnicas y codificadas por Allan Kardec, seudónimo del educador francés León Hipólito Denizard Rival.

Según Kardec, el Espiritismo es la ciencia que trata de la naturaleza, origen y destino de los espíritus y de sus relaciones con el mundo corporal. En Los muertos visten de blanco, el autor Hiram Lozada Pérez aplica como parte fundamental de la trama, la capacidad mediúmnica de una joven mujer, quien a veces ve su facultad como un don y en otras como una maldición. Esta habilidad, heredada de sus ancestros, no es plasmada como es común en historias policiacas, donde el médium es el que va desvelando con sus facultades la trama de quien lo hizo.

Esta facultad es presentada en el personaje como algo que, sin dejar de provocar incredulidad en algunos, es algo natural, hasta cierto punto, normal, que experimenta desde niña y que ha aprendido a vivir con ello, a veces, ayudándole en su ajuste en situaciones conflictivas durante su vida.

En términos generales, la manera de presentar la relación entre las dos dimensiones, encarnados y desencarnados, es bastante afín a la doctrina espírita, a la cual hace referencia en varias ocasiones, refiriéndose al bisabuelo espiritista y sus libros de Kardec.

Por ejemplo, les leo este pasaje retrospectivo del capítulo seis, que titula Las puertas del cielo:

(lectura páginas 42-43)

No puedo identificar a algunos de los personajes que vestirán de blanco en la trama o contarles detalles de cómo interaccionan con los múltiples narradores y protagonistas. Eso lo irá disfrutando el lector con cada pase de página, trayecto que fácilmente se recorre en par de horas. Pero, ¿podemos afirmar que los muertos siempre visten de blanco?

Tanto El Libro de los Espíritus como El Libro de los Mediums, explican que existen tres principales categorías de espíritus según su nivel evolutivo: los impuros, los buenos y los puros. A mayor altura en la escala evolutiva, más sutiles, brillantes, lejanos al mundo material. Usualmente se asocia lo oscuro con lo bajo y lo claro con los de mayor benevolencia, sin embargo, el mundo espiritual es ideoplástico, a sea, que los espíritus, al no tener un cuerpo material que los limite, pueden proyectarse con características diversas que pueden constituir elementos simbólicos en el proceso de comunicación con el mundo terrenal.

La literatura espírita explica que los espíritus pueden percibirse de cualquier color, aunque los tonos o colores podrían estar relacionados con su lugar en la escala evolutiva. Según la capacidad del que los percibe, o sea del médium, la comunicación de los espíritus hacia estos puede transmitirse como si fueran pensamientos, en el caso de los intuitivos, como sonidos o visiones, mediante la psicografía, el trance o a través de movimientos de objetos o aportaciones de carácter semi-material, por mencionar algunas formas de manifestación.

En la trama de la novela, las manifestaciones son principalmente visuales, pero debemos aclarar que el médium, aunque perciba la imagen, ésta no es procesada por el órgano sensorial sino que es recreando en su pensamiento como una percepción telepática, aunque diga que “ve”. En algunos de los episodios de comunicación se manifiestan percepciones extra-sensoriales relacionadas con el oído y hasta el olfato.

O sea, que cuando el autor hace referencia a los muertos “vestidos de blanco”, podemos interpretarlo como la percepción subjetiva que tiene la protagonista, que podría interpretar el color blanco como parte de la codificación del mensaje del desencarnado, implicando que el espíritu es bueno, tiene buenas intenciones, es amigo o simplemente no constituye un riesgo. Como dice en el pasaje que leí anteriormente, se indica que “los espíritus que nos rodean son buenos”, refiriéndose a la casa de su bisabuelo, lo que marca la tradición mediúmnica en la familia de la protagonista.

Solo hay un pasaje en la novela donde se describe una aparición con características temibles, aun cuando su vestido, aunque mugriento, sigue siendo blanco. Una figura familiar con características diabólicas, posiblemente proyectando su angustiosa vida encarnada.

La novela también menciona sueños premonitorios y la capacidad de un recién desencarnado para percibir su propio cuerpo en la escena del crimen, ambos fenómenos descritos en la literatura espírita. Igualmente se refiere a otros aspectos que documenta la doctrina como el que no todos los espíritus pueden establecer a voluntad comunicación con los seres encarnados que dejaron atrás al fallecer, o que la facultad mediúmnica puede correr en familia.

Cuenta de espíritus que quedan varados en su lugar de muerte y de otros que se mudaban con sus familias pudiendo mantener comunicación casi constante, en convivencia familiar por décadas después de su muerte.

Esto último, aunque no deseable desde la perspectiva espírita, que favorece el despegue del mundo material para facilitar la evolución espiritual, es un elemento cultural muy arraigado en nuestra tradición.

(lectura página 78)

La novela también hace referencia a otro de los pilares del Espiritismo, la reencarnación, cuando explica su concepto de la “segunda muerte”, en las páginas 72 y 73, y del olvido necesario para el ajuste a una nueva vida. Igualmente menciona la posibilidad de resolver en el mundo espiritual conflictos que separaron familiares mientras estaban en vida.

En conclusión, la lectura de Los muertos se visten de blanco, nos deja una agradable sensación de que esta convivencia entre encarnados y desencarnados es algo natural, deseable, reconfortante, necesaria para comprender la dimensión de la experiencia humana y de las más fundamentales emociones y valores como el amor, la fidelidad y la honestidad.

Lejos de ver la muerte, aún en circunstancias violentas, como el trágico final de la existencia, reconoce que la vida continúa y que se aprende en todo momento en que hay voluntad y sentimiento, aunque nos vean vestidos de blanco.
# –

Sobre la «junta»…


A ver si entendí.

Los que impusieron el sistema,

los que se beneficiaron de la corrupción que generó el sistema, 

los que nos vendieron la deuda sabiendo que no la necesitabamos y que no podíamos pagarla,

los que llevan  más de cien años llevandose las ganacias con la que pudieramos haber evitado la deuda, 

ahora nos imponen un «Junta»…. jummmm

¿Por qué será que no me inspira confianza?

Sobre las monarquías (reflexión)


Si bien el surgimiento de las monarquías es una tragedia histórica, el mantenerlas es poco menos que una aberración…

Gary Gutiérrez

 

Definiendo educación


Busqué la palabra educación en el diccionario y burocracia no es parte de la definición.

Interrogante electoral…


¿Cómo es que la política partidista es la culpable de los problemas, pero seguimos participando de las elecciones que ellos organizan y controlan? 

Teorema de la «democracia» electoral


El respaldo electoral será proporcionalmente inverso a las capacidades del candidato, pero correlacionar al  respaldo económico del capital

Por Gary Gutiérrez

Día de la Mujer Trabajadoras y otras otredades


Como parte de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, comparto en el programa Claro y al Punto de WPAB 550-am en Ponce, Puerto Rico.  Durante la participación, converso con Norma Colón Daleccio sobre la importancia de estas conmemoraciones para los sectores vulnerables y las demás otredades

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pulse aquí para acceder

Sufrágio (micro-cuento)


Por Gary Gutierrez

Hizo la marca, dobló la papeleta, la depositó…

…así confirmó su irrealidad.

«Game On» en el audio-blog de Gary Gutiérrez


 

El audio-blog de Gary Gutiérrez reproduce la presentación en la librería El Candil de Ponce de la publicación del doctor Alexis Rodríguez Ramos titulada «Game On Puerto Rico», primer libro que se publica sobre la cultura de los video juegos en esa isla caribeña.

Para acceder la grabación

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Serios los sándwiches de La Modelo


IMG_8169Por: Gary Gutiérrez

Recientemente, las gestiones del sábado en la mañana me llevaron a desayunar a la Panadería La Modelo.

Establecimiento que con varias administraciones, lleva décadas ofreciendo servicios en el barrio Pámpano, cerca del Coliseo y el Estadio de béisbol en Ponce.

Tan pronto entré mi mente regresó a los años como fotoperiodista de provincia cuando me amanecía en los cuarteles de la Policía y mi alimentación dependía de lugares como este.

A pesar del paso del tiempo, así como de las múltiples administraciones, La Modelo ha cambiado poco. De igual forma, cuando viene a los sándwiches, tampoco han cambiado mucho pues siempre fueron, buenos, bonitos y baratos.

IMG_8172En una ciudad donde el comer proteína entre pan de agua criollo es casi una religión, los sándwiches de La Modelo tiene un lugar especial aun cuando no sean realmente tradicionales. Para los que no son de la comarca, en Ponce se le llama pan de agua a la hogaza que parece una mezcla entre el pan francés y la italiano.

Cuando se dice que no son realmente tradicionales no es una crítica negativa, solo que se debe recordar que los empandados que se desarrollaron en Ponce para mediados del siglo XX se aderezaban solo con ketchup, aceite de oliva –del amarillo- saborizado con ajo.

Lo que ocurre es que con la llegada en la década del 1960 de los hermanos cubanos, hizo su entrada a la gastronomía local la mayonesa. Salsa que al juntarse con el ketchup creo nuestro aderezo nacional, el mayo-ketchup que en muchos casos hoy sustituye en los sándwiches al aceite con ajo.

A pesar que el menú de La Modela incluye una oferta básica como los clásicos sándwiches de bisté, pernil, , jamón queso y huevo, o el cubano, en esta ocasión por ser desayuno lo pedimos de revoltillo de La Modelo.

IMG_8175Una delicia que comienza con media libra de pan perfectamente sub horneada para que termine su cocción en la prensa sandwichera relleno de revoltillo criollo con jamón, que se complementa co más jamón y queso americano, si del que se derrite gomoso en la tostadora.

Una vez tostado en la prensa caliente, como se supone que se haga en Ponce, se le añade generosa cantidad de lechuga, tomate y se termina con el ya detallado mayu-kétchup.

¿Qué más quiere por $4:50?  Sobre todo cuando con uno, fácil comen tres.

Por supuesto si usted es de los que le gusta bajar sus sandwichitos con la fría, no se hable más pues en La Modelo  la tienen disponible.

Así que si usted está atrás, la Panadería La Modelo es un resuelve, por $4.50, desayunas y gualdas pal almuerzo.

¡Buen provecho!

Caras de Arroyo Barril (portafolio fotografía)


Como parte de una asignación del Centro de Periodismo Investigativo, visité el poblado de Arroyo Barril en la República Dominicana. El viaje, que se realizó junto al periodista Omar Alfonso del  semanario La Perla del Sur, tenía como objetivo calibrar los efectos de sobre 27 mil toneladas de cenizas tóxicas de carbón que entre los años 2003 y 2007 fueron descargadas y abandonadas a un costado de la comunidad, casi sobre el mar y a la intemperie.

El material cenizo se produjo, descartó y transportó desde la planta eléctrica en Guayama, Puerto Rico, de la multinacional AES.

Los hallazgos de la investigación se dieron a conocer en un reportaje especial titulado:

Algo pasó en Arroyo Barril

En la búsqueda de pruebas y testimonios para la asignación de Alfonso y el Centro de Periodismo Investigativo, el viaje generó un portafolio gráfico que titulo Caras de Arroyo Barril y que comparto aquí:

Caras de Arroyo Barril

 

COMUNICADO DE PRENSA
Para publicación inmediata
2 de marzo de 2015.

Dramáticos efectos de las cenizas de carbón en Puerto Rico y República Dominicana son revelados en serie investigativa

Bomba de tiempo, las cenizas de carbón es la más reciente serie especial del Centro de Periodismo Investigativo (CPI) sobre la contaminación por cenizas de carbón en Puerto Rico y en la República Dominicana, y sus peligrosas repercusiones en la salud y el ambiente. El periodista Omar Alfonso, de La Perla del Sur, logró acceso a los estremecedores testimonios de los afectados por el desperdicio tóxico y levanta la voz de alerta.

La serie será divulgada a partir de este miércoles, 2 de marzo, con todos sus elementos multimedia e interactivos, en periodismoinvestigativo.com, página del CPI que ha sido renovada.
Además, una alianza de más 20 medios de comunicación de Puerto Rico y extranjeros estarán divulgando la serie investigativa. Entre ellos, WKAQ 580 AM; Noticias SIN, Acento y Diario Libre (República Dominicana); El Nuevo Herald (Miami); Metro, NotiCel, El Vocero, La Perla del Sur, Cybernews, Caribbean Business, Claridad, Mi Puerto Rico Verde, Latino Rebels, WPAB 550 AM; 80grados.net, Sin Comillas, Radio Vieques 90.1 FM, Diálogo; Puerto Rico Te Quiero; Radio Casa Pueblo 1020 AM, Bonita Radio, Radio Universidad.

La multinacional AES ha dispuesto de miles de toneladas de cenizas de carbón en Puerto Rico desde el año 2002 sin cumplir las regulaciones existentes. Estudios comisionados por la Agencia de Protección Ambiental federal (EPA) concluyen que muestras tomadas en esta cogeneradora eléctrica excedieron miles de veces los límites permitidos de arsénico, cloruro o cromio. Comunidades y grupos ecologistas lo han denunciado, pero ninguna investigación periodística había profundizado en sus reclamos.

Omar Alfonso llegó a Samaná, República Dominicana, a donde fueron transportadas en barco y descargadas en el muelle sobre 27 mil toneladas de cenizas de la planta de carbón AES, ubicada en Guayama, Puerto Rico. ¿Qué le pasó a los vecinos de esa comunidad? ¿Qué puede esperar Puerto Rico, donde se acaba de legalizar tras bastidores la disposición estas cenizas tóxicas?

El periodista, que investigó este tema durante casi un año, entrega una serie en español e inglés con elementos multimedia e interactivos, incluyendo un programa radial o podcast que resume sus hallazgos. El trabajo es resultado de una beca de periodismo ambiental otorgada por el Instituto de Formación Periodística del CPI y Para La Naturaleza.

A la publicación de la serie Bomba de tiempo, las cenizas de carbón, se suma la exposición de retratos en gran formato Caras de Arroyo Barril, que estrena el jueves, 7 de abril, a partir de las 7:00 de la noche en la librería El Candil de Ponce. La misma ha sido realizada por el fotoperiodista Gary Gutiérrez Renta, quien acompañó al periodista Omar Alfonso en su viaje a Samaná, República Dominicana.

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Contacto: Carla Minet | 787-220-0146 | cminet@periodismoinvestigativo.com

Obituario para un pueblo (micro-cuento)


Por Gary Gutiérrez

 

Vivía pensando que tenía todo,

hasta que descubrió que llevaba años muerto de nada…

 

Conversando sobre la revolución tranquila de Mujica


 

 Como parte de las actividades del club de lectura de la Librería el Candil en Ponce, Puerto Rico, se desarrolló un diálogo vía Skipe con Mauricio Rabuffetti autor del libro José Mujica; la revolución tranquila.

El intercambio se produjo a solicitud del propio Rabuffetti quien se enteró por la red social Twitter de que el grupo tenía una actividad para comentar y discutir la publicación.

Lejos de ser una apología a la figura de Mujica o una mera biografía, el trabajo de Rabuffetti presenta, compara y analiza el mito internacional que yá es la figura del ex presidente uruguayo, con la persona política, el administrador, y el hombre que coexisten en el ser humano.

Como parte de los presentes en la conversación se encontraba el periodista Reinaldo Millán, quien no solo grabó el encuentro, también lo enganchó en la red Internet para compartirla con todos y todas.

Para acceder la misma, pulse aquí: Conversatorio con Mauricio Rabuffetti sobre la revolución tranquila.

Chinchorreo de sábado en la tarde (crónica)


Fotos y letras por Gary Gutiérrez

Pasada la una de la tarde, el estómago reciente las cuatro horas sin comer y dos horas de reuniones.

Siendo sábado, las alternativas vespertinas para comida criolla no son muchas. Sobre todo al este de la ciudad de Ponce, donde ubica el recinto de Ponce de la Universidad Interamericana, sede de las mencionadas reuniones.
Por suerte, como conspirador en la reunión se encontraba José Raúl Cepeda, chinchorrero probo y conocedor fondero de viejo cuño.

Precisamente gracias a que Cepeda recordó la recomendación de otro maestro chinchorrero, el amigo Tico Frontera, llegamos al local que por décadas albergó el Landing. Un negocio consagrado al colesterol nacional que ubica en la carretera número uno, frente al espacio donde antes estuvo el terminar del aeropuerto de Mercedita.

 

La Nueva Ponceña
 Allí, bajo un letrero que lee La Nueva Ponceña se encarna un híbrido entre «sport bar» criollo y «quick lunch» o fonda. Es decir el chinchorro perfecto para sábado en la tarde.

2016-02-27 13.23.29De entrada, el comensal es recibido por una enorme pizarra donde se detallas las delicias gastronómicas disponibles. Por supuesto, según va pasando el día, van aumentando los espacios vacíos que atestiguan los manjares que se agotaron para el día.

A mano izquierda de la puerta, frente a un televisor con las carreras de caballos, se encuentra una barrita donde, como en el inolvidable Cheers de la televisión estadounidense, todos se conocen por el primer nombre y todos se alegran al verse.

2016-02-27 13.20.42Precisamente al final de ese mostrador guardado por los parroquianos habituales se encuentra el espacio «sacrosanto», la mesa caliente coronada por bombillones.

Todavía a esa hora la mesa caliente cobijaba bandejas con arroz blanco, sabrosas habichuelas, arroz guisado, tostones y amarillos.

De igual manera este sagrario gastronómico acaudalaba pedazos de muslos con caderas al horno, tierno bisté encebollado a la criolla, costillas de cerdo glaseadas y unas “caderas salteadas” espectaculares.

2016-02-27 13.23.20 Ahora, no se confunda por el nombre. Las llamadas caderas salteadas en realidad es una sabrosa reconstrucción criolla de un confitado de pollo con aromáticos como ajos, cebolla y pimiento criollo.  Sabrosas y de textura impresionante.

Como si fuera poco un espectacular y espeso sopón de gandules que por el tiempo que lleva en la mesa caliente al momento que llegamos ya era un robusto plato que evoca el más sustancioso risotto coronaba la oferta del día.

En resumen, visitar La Nueva Ponceña fue como ir a comer un sábado a casa de abuela o de Tití Yolanda.

No solo por el sabroso balance en la comida, sino por el familiar y relajado ambiente del salón comedor donde un televisor compartía con los comensales la intrigas de la WWF y donde cada mesa custodia una botella plástica de mayu-ketshup y una de cristal con pique boricua, ambas preparadas en la casa.

¿Dígame si eso es o no una fonda “old school”?

Ahora, si usted es un chinchorrero de respeto en el sur de la isla o un fondero braga’o, tan pronto se pare frente a la sagrada vitrina que reguarda los alimentos usted reconocerá el verdadero secreto de La Nueva Ponceña, Doña Aidé. Una de las veteranas cocineras que se forjaron en las trincheras del desaparecido templo de la cocina criolla en Ponce, El Fogón de Yuya.

Con esa referencia que más se puede decir.

Solo que La Nueva Ponceña es un  referente del ideal de la fonda criolla y una parada obligada para los chinchorreros sabatinos en el sur del País.

Buen provecho…

 

 

 

Su libertad… (micro-cuento)


Por Gary Gutiérrez

Trabajó, cobró y corrió a proclamar su libertad comprando lo que necesitaba para trabajar, cobrar y correr…

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