Por Gary Gutiérrez

“Cuando te veas al borde de criticar
a otro por vulgar e ignorante,
pregúntate por qué es así y
verás la raíz de la injusticia social.”
@vmattei en Twitter.com

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Es doloroso cuando en mi País, el concepto héroe se reduce al Macho Camacho.

Con esta oración desaté en Tuiter la frustración que me provoca la masturbación mediática que produjo la muerte de aquel a quien su madre llamó Héctor, pero que todos conocimos como el “Macho Camacho”.

Al momento de mi desahogo, la prensa llevaba una semana cubriendo los conflictos íntimos que regularmente surgen cuando las familias tienen que manejar la muerte de uno de los suyos.

Los medios condenaron al País, en nombre de la libertad de prensa y del derecho a saber que tienen los pueblos, a sufrir un constante bombardeos de manifestaciones emocionales, expresiones de dolor y hasta de peleas y discusiones que se desarrollaron en torno a la violenta muerte de Camacho.

Para mí era frustrante ver cómo, en medio de una transición de administración política, periodistas a quienes respeto profesional y personalmente perdían horas y días frente al hospital en espera de migajas informativas que avivaran el morboso virus mediático en que se torno esta tragedia.

Hace unos años leí en alguna parte que los Vedas de la India pensaban que los seres humanos, mueren según viven. No sé si esto es cierto o si la cita es correcta, pero el hecho es que en el caso de Camacho, parece ser verdad.

La vida de Camacho parece ser tan o más trágica que su muerte. Al mirar su existencia, la misma parece reducirse a la violencia.

Gracias a esa violenta forma de vida, conoció el encierro con tan solo quince anos. De igual forma, gracias a esa violenta cosmovisión conoció el éxito deportivo, la fama y la riqueza material. Pero debido a esa violencia también conoció la prisión y las expresiones más bajas de la sociedad.

Por eso mi afirmación en tuiter. ¿Cómo es posible que hoy el país despida como héroe a quién dedico su vida a la violencia, legal o ilegal, como forma de lucro?

Mientras reflexiono sobre esto, de mi teléfono celular surgen las palabras de mi amiga y maestra Vivien Mattei que encabezan este escrito.

Eso de que “[c]uando te veas al borde de criticar a otro por vulgar e ignorante, pregúntate por qué es así y verás la raíz de la injusticia social.” me cayó como una pared de bloques.

Las palabras de mi eterna “sensei” me recordaron las del gurú de la criminología crítica, Jock Young. Durante una reunión en Chicago, el viejo Young nos explicaba que en la modernidad tardía, como el llama a esta época, “la resistencia está en todas partes” y que sólo tenemos que aprender a verla.

Movido tanto por el pensamiento de Young, como por el de “la Mattei”, como le llaman sus estudiantes, decidí retomar mi expresión y reexaminarla desde otras perspectivas.

Esa otra perspectiva, vuelve a llevarme a Twitter.

Allí, unos días antes, Mattei sentenciaba: “Después de varios días de opiniones sobre Macho y ser insultada por las mías, creo que la fascinación es por lo mucho que se parece a PR.”

Que mucho sabe esa bruja[1].

El macho es visto y enterrado como un héroe pues al fin y al cabo nos representa como pueblo. Incluso me pregunto si no sería correcto citar aquí a Don Pedro cuando dijo: “La nación la representan quienes la afirman, no quienes la niegan”.

La vida del Macho es la vida de todos, es la vida de nosotros los que conformamos este pueblo.

Como ejercicio de esa sociología imaginaría de la que habló C. Wright Mills, parecería que de pequeño Camacho aprendió que la sociedad en que le toco vivir lo rechazaba y lo excluía. Tal vez de esa forma se dio cuenta que la violencia era su forma de sobrevivir.

De esta manera se puede pensar que como nuestro pueblo, cuando el Macho utilizó la violencia para beneficio propio y para adelantar su bienestar, fue perseguido, condenado y encerrado por el sistema. Pero de igual forma, cuando puso esa misma violencia al servicio del capital y de los intereses económicos que dominan el deporte organizado, se llenó de gloria, fama, y dinero.

Por supuesto, para el Macho, como para el resto de nosotros, estas decisiones no fueron consientes. El Macho, como millones de pobres en todo el mundo, solo buscaba sobrevivir como se pudiera.

Es ahí donde sus acciones se convierten en actos de resistencia ante la sociedad que etiqueta, margina y excluye.

Me pregunto si lo que realmente es trágico de la vida del Macho, es que su resistencia, como la de nuestro pueblo, aparenta terminar reproduciendo y fortaleciendo las propias estructuras que nos excluyen.

Fin/GG


[1] Desde el chamanismo, es decir “hechicera supuestamente dotado de poderes mágicos en determinadas culturas.”