Buscar

El Blog de Gary Gutiérrez

Anarcoso, iconoclasta, apóstata y parte del programa @tempranopr de http://pab550.com

Etiqueta

Puerto Rico

Pernilito navideño 2023


Cuando viene a comer, sin importar si es religioso o político, cualquier motivo es bueno para poner un pernilito en el bbq.

Medio pernil trasero de cerdo

Marinado 24 horas con vinagre de piña y adobo criollo comercial en una bolsa sellable. Luego, otras 24 horas en la nevera en una parrilla descubierta.

Antes de asar la posta, pasarle un poco de vinagre blanco y exponer el cuero a las brasas por unos minutos para tostarlo.

Luego, a fuego indirecto (350°) por unos 45 min. por cada libra hasta que alcance la temperatura interna de 175°. Para ayudar con el tostado del cuero, cada hora aplicar aceite con una brochita de cocina.

¡BUEN PROVECHO!

Crocante chicharrón de panza al barbi


Chicharrón de panza al bbq, servido con ñame terminado con grasita del puerco y espinaca aderezada de queso azul y peras.

chicharrón de panza

Más o menos, seguí esta receta de Aaron Palmer pero el adobo fue criollo…

Para receta original
Para ver la receta

Visitando, junto a Guariocandanga, el Laberinto de Mario Cancel


Mario R. Cancel Sepúlveda

Presentado por Gary Gutiérrez en la Librería El Candil de Ponce

18 de noviembre 2023

Salud y resistencia para todos y todas.

Hace unas décadas, en medio de una entrevista o conversación sobre el arte de juntar cosas y así rescatar y preservar la memoria histórica, el maestro Quique Ayoroa Santaliz me recordó que si bien el coleccionar objetos es bueno o importante, mejor es coleccionar amigos.

Desde aquel momento he tratado de seguir esa máxima.

Uno de esos amigos coleccionados durante mi paso por este mundo es el compañero Mario Cancel, a quien, si la memoria no me traiciona conocí en la década de los ’80 cuando estudiaba bachillerato y se perfilaba como el academico que es hoy.

Aun en la distacia física y temporal, Cancel es uno de los que uno sabe que están disponible para aclarar dudas y arrojar luz sobre nuestros procesos históricos. Así, hace unos 18 meses, el maestro Cancel me convocó a esta Sala, que lleva el nombre del amado Reinaldo Millán Quiñones, para que comentara su publicación: El Laberinto de los Indóciles; Estudios sobre la historiografía puertorriqueña del siglo 191. Maravillosa publicación que me abrió los ojos a la complejidad socio política que definió el siglo 19 en Puerto Rico.

Gracias al trabajo de Canel, lo que el currículo de historia del Departamento de [des]Educación del país había constuido como un periodo simple cuando unos cuantos soñadores descontentos fracasaron en su intentona de independizarse de los abusadores españoles que colonizaron el país, se revela ahora como parte de un complejo proceso y entramado político.

Si bien, esa publicación anterior, El Laberinto de los Indóciles; Estudios sobre la historiografía puertorriqueña del siglo 19, me abrió la mente a esas complejidades, este nuevo libro de Cancel Sepúlveda:, no solo nos adentra en la maraña de las tendencias políticas del siglo 19, también va explicando la interacción de esos sectores Indóciles: Nueva visita al laberinto, actores y sujetos, que cohabitaron el ecosistema político del Puerto Rico del siglo 19 y principio del 20.

En esta nueva publicación, el autor nos lleva a mirar como esos sectores anteriormente detallados, miraron, construyeron y redefinieron los procesos históricos que les forjaron como sujetos políticos y eventualmente históricos. Así, las páginas de Indóciles: Nueva visita al laberinto, nos muestra unos prohombres humanizados que durante su vida y sobre todo al final de misma, miraron, reconstruyeron y sobre todo recontextualizaron los eventos y procesos históricos que forjaron sus vidas y sobre todo las narrativas decimonónicas en la Isla y el Caribe.

Así, las páginas de Indóciles: Nueva visita al laberinto documentan, desde la aguda perspectiva de Cancel, como aquellos monocromáticos «proceres» y «prohombres» que nos mencionaron en los salones del Departamento de [Des]Educación del País, en realidad fueron y son seres llenos de matices y colores que miraban sus procesos y los contextualizaban en la corriente histórica que les tocó vivir.

En ese sentido, el trabajo de Cancel nos explica como gigantes, como Betances y Hostos, cumplirán sin saberlo con el llamado que un siglo más tarde hiciera el historiador Fernando Picó, “El Viejo” como amorosamente le llaman sus estudiantes, quien predicaba que cada generación debía recontextualizar su historia.

De esa manera la lectura de Indóciles: Nueva visita al laberinto se convierte en una conversación donde el maestro Cancel, como abuelo sabio que cuenta a sus nietos la vida de sus amigos y compañeros del pasado, nos narra la humanidad de estos personajes, sus penumbras y alegrías, sus aciertos y desencantos. Claro con su narrativa, el autor va igualmente recontextualizando y reconstruyendo su visión sobre las gestas libertarias, y sobre estos protagonistas. Después de todo, la historia siempre es “un proyecto en construcción”.

En fin, como bien detalla la catedrática Mayra Rosario Urrutia, cuya reflexión sobre este trabajo sirve de una especie de prólogo al mismo, Indóciles: Nueva visita al laberinto de Mario Cancel surge como respuesta a la pregunta; ¿Cómo interesar a la gente del presente en un evento ocurrido hace 160 años?

En mi caso, como lego y mal educado por el estado en la historia, esta nueva visita guiada al laberinto decimonónico me ayuda a repensar los procesos políticos actuales. Esfuerzos como como la posible alianza electoral contra el bipartidismo por ejemplo. Pues esta visita al laberinto durante el final del siglo 19 y comienzo del 20, me ayuda a entender que las realidades y procesos políticos de los pueblos son siempre complejos y rara vez lineales. Igual me recuerda que quienes dirigen esos procesos son humanos con sus buenos y malos matices. Sobre todo me ayuda a tener presente que caminamos por el mismo laberinto por donde se movieron Hostos y Betances. El mismo laberinto aun cuando parezca estar siempre cambiando.

Para terminar, agradezco el trabajo del maestro Cancel ya que, tanto El Laberinto de los Indóciles; Estudios sobre la historiografía puertorriqueña del siglo 19 como Indóciles: Nueva visita al laberinto me dieron la oportunidad de cumplir con la máxima sobre recontextualizar la historia que sentenció el maestro Picó, “el Viejo”.

Pero, precisamente para seguir cumpliendo con esta máxima, y escuchar cómo otra nueva generación reconstruye su historia, convocamos a Guarionex Padilla Marty, maestro de escuela, para que nos comparta sus experiencias visitando el laberinto del Maestro Mario Cancel Sepúlveda.

1https://garygutierrezpr.com/2022/02/12/sobre-el-laberinto-de-los-indociles-estudios-sobre-la-historiografia-puertorriquena-del-siglo-19-del-maestro-mario-cancel/


Libro: Indóciles: nueva visita al laberinto de Mario Cancel-Sepúlveda
Por: Guarionex Padilla Marty
Sábado 18 de noviembre de 2023
Librería El Candil
Ponce, Puerto Rico

Las renovaciones historiográficas y el avance en el conocimiento del pasado, desde la mirada crítica contemporánea y sus interpretaciones, pasan por el trabajo investigativo y ensayístico del profesor Mario Cancel-Sepúlveda en su nueva visita al laberinto de los indóciles. En términos generales, la historiografía es un continuo proceso de revisión, interpretación y (re)interpretación, y eso es precisamente lo que Cancel-Sepúlveda hace con su más reciente publicación Indóciles: nueva visita al laberinto. El estudio de la escritura histórica y su caracterización asumen un papel determinante en esta nueva entrega que polemiza las visiones de un proyecto nacional improbable.
La construcción de una identidad nacional es siempre un ejercicio de memoria selectiva. Los olvidos u omisiones son intencionados. A través de cinco ensayos, Cancel-Sepúlveda navega por las peripecias interpretativas en torno a la Insurrección de Lares, el pensamiento hostosiano y el vaivén ideológico que caracterizó a Hostos, y nos invita reflexionar sobre el uso público de la historia y la memoria. Si la historia ha sido siempre tan aleccionadora y revolucionaria, ¿por qué la historiografía puertorriqueña, en su conjunto, ha sido tan conservadora a la hora de pensar e interpretar el pasado? ¿Por qué la tendencia ha sido a homogenizar, simplificar o mitificar sucesos históricos? Una visita a la producción intelectual decimonónica, como a la producida durante la primera mitad del siglo XX, nos permite adentrarnos en las interpretaciones que sustentaron las distintas representaciones sobre Lares, Betances, Hostos y el proyecto nacional, a la luz de distintos intereses de clase y, por consiguiente, ideológicos. Estas representaciones, escrudiñadas por Cancel, aún vigentes dentro del independentismo puertorriqueño, son la materia de reflexión de este trabajo.
En la estructura de toda sociedad de clases hay fisuras profundas, pero también hay interesantes contradicciones que nos permiten comprender la complejidad del tejido social y de la política. Puerto Rico, con la cuestión nacional aún sin resolver, no está exento de eso. En ese sentido, lejos de abrazar las teorías dominantes dentro de la historiografía, Cancel-Sepúlveda apuesta por revisar minuciosamente las dinámicas sociales y las ideologías, que pueden ser contradictorias entre sí, pero surten al conocimiento histórico. El primer ensayo titulado “Lares: monólogo de un historiador” se centra en los separatismos y, por lo tanto, en los entendimientos que se construyeron en torno a la Insurrección de Lares durante las últimas décadas del siglo XIX y a lo largo de la primera mitad del siglo XX.
El asunto es mucho más complejo. Cancel-Sepúlveda, por usar un término contemporáneo, desenmoña los topos del nacionalismo puertorriqueño en su ensayo “Separatismo y nacionalismo en el tránsito del siglo 19 al 20: una propuesta interpretativa”. Lo que hace Cancel-Sepúlveda, pese a su renuencia, pero como buen cristiano -como lo somos todos aquí, queramos o no-, es visitar los distintos orígenes de la Insurrección de Lares para realizar una aproximación a las concepciones sobre Lares que se elaboraron desde el anexionismo, el autonomismo y, naturalmente, el nacionalismo dieguista y albizuísta, que se convirtió en hegemónico en el campo intelectual puertorriqueño durante la década de 1970 y que, pese a los cuestionamientos en El país de cuatro pisos o en Nación Postmortem todavía predomina en el discurso nacionalista e independentista del Puerto Rico contemporáneo. Así que, Cancel-Sepúlveda, a partir de un examen crítico a la visión homogeneizadora y simplificadora, desarrollada por la intelectualidad de finales del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX, nos transporta al espacio político de los separatismos durante la Insurrección de Lares. La finalidad de esta tarea es demostrar cómo las distintas narraciones y caracterizaciones históricas en torno a la Insurrección de Lares tenían una función ideológica que repercutió (y repercute) en el significado de Lares y en el campo discursivo del nacionalismo que se construyó en torno a una mirada romántica de los sucesos revolucionarios de septiembre de 1868.
Aquí las figuras de José de Diego y Pedro Albizu Campos, serán claves, pero no las únicas, para comprender los significados actuales de Lares, pero sobre todo lo que respecta a la nación y el proyecto inconcluso de la independencia. En ese sentido, muestra la complejidad y la diversidad política del separatismo del Puerto Rico decimonónico y cómo esta fue simplificada, ocultada y (re)interpretada para construir una narrativa acomodaticia conforme a los intereses de diversos sectores políticos después de 1868 hasta la primera mitad del siglo XX. Lo cierto es que la figura de Betances fue controversial. Para incondicionales, liberales, y autonomistas, la Insurrección de Lares fue mal vista. Si bien había matices, los lugares comunes eran innegables como también las continuidades y (des)continuidades entre los diversos sectores políticos, incluido el separatismo en su conjunto.
Con la invasión estadounidense y la instauración de un nuevo régimen político, la intelectualidad autonomista y el separatismo anexionista encontró en Estados Unidos unas garantías de progreso y modernidad, ideas a las que después de todo habían aspirado desde finales del siglo XIX. La figura de Betances fue rescatada y (re)valorizada conforme al nuevo régimen, por lo que el mito de la gesta de Betances sobrevivió las primeras dos décadas del siglo XX. No así Lares, cuya interpretación en esos primeros años del nuevo régimen seguía siendo heterogénea y, por lo tanto, conflictiva que había que selectivamente olvidar.

Sin embargo, las bases del imaginario betancino que construyeron principalmente autonomistas y anexionistas entre 1898 y 1930, no se sustentaron por mucho tiempo. Especialmente porque no tenían cabida dentro del revisionismo nacionalista que realizaron De Diego y Albizu. Para el nacionalismo, la hispanofilia jugó un papel determinante en la (re)invención de la identidad puertorriqueña. Esta tergiversación intencionada traicionaba el propio pensamiento político de Betances.
A grosso modo, el nacionalismo puertorriqueño miró con nostalgia el pasado colonial español y valorizó positivamente las últimas décadas del siglo XIX. Tanto el nacionalismo dieguista como albizuísta caracterizaron a la conquista y colonización española, evangelización incluida, como un salto histórico civilizatorio. Por lo tanto, en estas interpretaciones la nación puertorriqueña se reducía a la hispanidad y cómo se encontraba amenazada por el coloso del norte. Esta interpretación que hace el nacionalismo debemos situarla en el contexto del Puerto Rico americano de la primera mitad siglo XX, cuya finalidad fue antagonizar al separatismo anexionista y articular un imaginario nacional que borraba las opresiones del régimen español. Llama la atención este ejercicio revisionista en la lectura porque Lares, producto precisamente de las opresiones del régimen español y que ahora -de forma intencionada- el nacionalismo lo convertía en tolerable, se contradecía con el hecho de que los nacionalismos habían trazado hasta la Insurrección de Lares la génesis de la identidad nacional puertorriqueña. Esto es importante porque nos permite comprender las antilogías entre el pensamiento betanciano y las representaciones que hicieron José de Diego y Pedro Albizu Campos, sobre Lares y el separatismo independentista. Estas reformulaciones chocaban con el pensamiento político de Ramón Emeterio Betances -un anticlerical y antimonárquico, y con la heterogeneidad que caracterizó siempre al separatismo.
Las concepciones en torno a la Insurrección de Lares, desarrolladas a finales del siglo XIX, pero sobre todo en las primeras décadas del siglo XX, construyeron con rigidez el patriarcado de la patria puertorriqueña. Betances, por ejemplo, un heterodoxo en todo el sentido de la palabra, fue tergiversado y transformado en una figura monolítica y elevada al pedestal con el rango del Padre de la Patria. A la altura de la primera mitad del siglo XX, tanto autonomistas como anexionistas contribuyeron grandemente a la imagen positiva de Betances, pues después de todo Betances había sido antiespañol y no antiestadounidense. La imagen idílica y romántica que se erigió en torno a Betances y a Eugenio María de Hostos claramente respondió a una función ideológica que vació de todo contenido revolucionario el pensamiento de estos y lo ajustó a las nuevas necesidades discursivas de los sectores afines al nuevo régimen político. Los revisionismos que construyeron los nacionalismos, tanto dieguista como albizuístas durante el siglo XX sobre Betances, Hostos y la Insurrección de Lares, diferían de los esbozados por el autonomismo, el anexionismo y la historia oficial. Las nuevas representaciones sobre Lares y Betances respondían a la desesperación histórica del momento y a la impotencia para enfrentarse a la irrupción del capitalismo imperialista estadounidense sobre Puerto Rico. Ante esa situación, la respuesta del nacionalismo fue antagonizar al anexionismo y centrarse en la amenaza cultural que suponía el avance del anexionismo para nuestra “hispanidad”.
Dicho eso, Indóciles es también una revisión del pensamiento hostosiano y su producción intelectual. El pensamiento hostosiano y la reflexión en torno al trabajo literario de Eugenio María de Hostos -que realiza Cancel-Sepúlveda- no es otra cosa que la genealogía de la transformación ideológica de Hostos durante la segunda mitad del siglo XIX. Para ello, Cancel revisa y reflexiona sobre las aportaciones a la sociología de Hostos y cómo este, a través del recurso literario, expone sus ideas sobre la sociología, su aplicabilidad en la sociedad y, por consiguiente, su visión de lo que debía ser el proyecto confederacionista de las Antillas.
La peregrinación de Bayoán es central en el análisis del discurso que hace Cancel-Sepúlveda. Y es que, través de dos ensayos y un apéndice, Cancel traza el desarrollo del pensamiento político de Hostos, desde su visión como español Antillano, reflejado principalmente en La peregrinación de Bayoán, hasta su radicalización respecto al futuro político de Puerto Rico. En ese sentido, el estudio de la obra literaria de Hostos nos muestra que el sociólogo siempre supeditó su literatura a su compromiso con el cambio social.
Los comentarios en torno a Betances y Hostos que realiza el profesor Cancel-Sepúlveda en esta serie de ensayos, de alguna manera me hacen pensar en que esta nueva visita al laberinto es también una autobiografía propia del profesor. Digo todo esto porque Betances, como Hostos, fueron adelantados a su tiempo, y por ende unos incomprendidos. Y es esa figura, la de los incomprendidos, la que le interesa a Mario Cancel-Sepúlveda. Pero también la de (des)esperanza y pesimismo, sobre todo el de Betances, que es un aspecto en común que comparte el caborrojeño con Cancel-Sepúlveda. Después de todo, la realidad no deja de ser pesimista y gran parte de este trabajo no es otra cosa que un diálogo entre Cancel-Sepúlveda, Betances y Hostos.
Como nos decía el maestro Fernando Picó, no hay una historia definitiva y esa es precisamente la lección que nos da el trabajo historiográfico del profesor Mario Cancel-Sepúlveda en Indóciles: nueva visita al laberinto. Ciertamente, la lectura de Indóciles es una provocativa y se da un contexto histórico que me parece significativo apuntar. Me refiero a la ausencia de discusión y de debate intelectual en Puerto Rico. Lo cierto es que existe una crisis en el campo intelectual puertorriqueño y no debe caber duda de que el profesor Cancel-Sepúlveda es parte de lo que posiblemente sea la última generación de intelectuales en todo el sentido de la palabra.
Después de todo, no es lo mismo pensar a Puerto Rico desde Puerto Rico que pensarlo desde una geografía lejana, sobre todo por las implicaciones que ello tiene, pues no todos los intelectuales están dispuestos al calentón que supone cuestionar y revisar ciertas narrativas e interpretaciones dentro del campo discursivo del nacionalismo independentista que ya son hegemónicas en la historiografía puertorriqueña. En ese sentido, Indóciles: nueva visita al laberinto es un trabajo comprometido que nos invita al cuestionamiento y a la reflexión profunda sobre la narración y los usos de la historia, pero también Mario Cancel-Sepúlveda me (re)afirma el pensar de que la historia está todavía en construcción y que nos falta muchísimo al respecto.

Presentación del libro: HAY DOS CUERPOS EN LA NEVERA Y OTROS CRÍMINES, relatos inspirados en casos reales de Hiram Sánchez Martínez.


Por Gary Gutiérrez

Librería El Candil de Ponce el sábado de 28 de enero 2023

Hace poco menos de un mes, en medio de una conversación sobre el contenido del programa Temprano en la Tarde, Cepeda cambió el tema y me informó que nos tocaba presentar el nuevo libro de Hiram Sánchez Martínez: HAY DOS CUERPOS EN LA NEVERA Y OTROS CRÍMINES.  Según el compinche, Tamara nos lo pidió y él en nombre de los dos accedió. Fue así como, con ese espíritu democrático, me vi interpelado a participar de esta charla.  

Admito que, de primera intención, la idea de adentrarme en las interioridades de la violencia y la criminalidad no me sonó atractivo. Por casi tres décadas, como reportero vi, viví, o me enteré en detalles de suficientes tragedias como para cumplir con mi cuota de por vida.

De igual manera, el Tribunal, ese ecosistema dónde se desarrollan los relatos compilados por Sánchez Martínez nunca fue un lugar amigable para mí. Incluso, más allá del trabajo de reportero, las pocas veces que tuve que acudir al Tribunal, que no es decir que me llevaron pues eso serían otros veinte dólares, no tuve buenas experiencias.

No obstante, tratándose del trabajo del honorable Hiram Sánchez Martínez, persona a quien distingo y con quien me encanta conversar, sabía que la experiencia de leerle no podría ser tan mala. Después de todo, me disfruté y siempre recomiendo todo lo que he leído de su pluma, o para el caso de su computadora.

El asunto es que, con mis prejuicios a cuesta, disciplinadamente me adentré en el contenido de HAY DOS CUERPOS EN LA NEVERA Y OTROS CRÍMINES, relatos inspirados en casos reales del amigo Hiram Sánchez Martínez. Son unas crónicas basadas en las notas, los recuerdos y sus experiencias como juez, publicadas al final del 2022 bajo los sellos de Editorial Hache Silente y, TAINDEC (Casa Yaucana: Taller de Investigación y Desarrollo Cultural, Inc.).

Como introducción a este trabajo de 204 páginas en encuadernación rustica que incluyen prólogo, las narraciones, reflexión final y agradecimientos, el licenciado Alberto Medina Carrero, quien además de editor de los trabajos de Sánchez se confiesa coconspirador en la provocación de esta publicación, nos dice:

“A ese goce estético [la lectura de una intriga bien narrada] hay que añadir el de leer un texto que alecciona y esclarece el tema general de la administración de la justicia y vertiente judicial en particular. El libro ofrece la oportunidad única de asistir al salón de sesiones del tribunal a través de la mirada escrutadora de un juez que nos hace participe de sus impresiones y su apreciación de la prueba. En ello hay una gran franqueza en lo personal y en lo institucional, acerca de los límites y las limitaciones dentro de las cuales se dan los procesos para intentar hacer justicia”.

Ya con está introducción, se va dejando claro que este escrito no solo se trata de narrativas criminales tipo viejo Vocero, sino que son relatos donde el personaje principal es el juez y su proceso interior para juzgar las, muchas veces grotescas, acciones humanas que se plantearon ante él.

Es así como, recordando los procesos de seis casos criminales y dos civiles, el distinguido amigo Hiram se despoja de su toga y se baja del estrado para compartir con los y las lectoras su intimidad. Sus impresiones, la forma en que controlaba sus preconcepciones, como mantenía la disciplina, y “corría” su sala, su sorpresa ante la crueldad e insensibilidad de los seres humanos y sobre todo sus corajes y frustraciones ante las injusticias e indiferencia de un sistema regido por la burocracia y el frio contexto legal.

Tras leer estos relatos, realmente tengo que agradecer a Cepe y a Tamara por “obligarme” a examinar este trabajo de Sánchez Martínez. Las horas que dediqué a esta tarea se convirtieron en una especie de tertulias con Hiram, que evocaron las muchas tardes que pasé en este recinto conversando con el maestro Pedro Malavet, mis tertulias telefónicas con el amigo Luís Zambrana, o las peñas intercambiando historias con los colegas y hermanos Reinaldo Millán y Miguel Rivera Puig.  

De paso y como nota al calce, la narrativa que encierra este provocador trabajo también me evoca el tono serio y sobrio del podcast CrimePod Puerto Rico editado por el criminólogo Armando Torres.

Volviendo al tema que nos ocupa, en la cautivadora narrativa Sánchez Martínez maneja y comparte las trágicas historias que conforman sus relatos de forma muy balanceada meciéndose entre la frialdad analítica que en nuestra machista cultura se relaciona con “lo masculino”, y la sensible empatía que se vincula a “lo femenino”. Ciertamente, este balance apunta a lo maduro del pensamiento del letrado.  

De sus dedos sobre el teclado surgen unas historias que me cautivaron por las intensas recreaciones de los trágicos incidentes que luego terminaron ante su consideración como magistrado. Al igual que los trabajos del amigo y también abogado Hiram Lozada Pérez, los escritos recogidos en HAY DOS CUERPOS EN LA NEVERA Y OTROS CRÍMINES, serían excelentes guiones para televisión, cine o para alguna serie de Netflix.

Estipulando que ni remotamente soy experto en literatura, al leer las primeras páginas de cada relato en las que el letrado da rienda a su creatividad “recreando” diálogos y descripciones en torno a cómo se suscitaron los trágicos hechos, vino a mi mente las pocas cosas que leí del gigante Leonardo Padura. Admito que, en más de una ocasión, mientras leía las narraciones en que Sánchez introduce los casos trabajados por el ficticio agente del Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) Jaime Fullana, esperaba la intervención o interrupción del veterano detective cubano Mario Conde.

En fin, que cuando viene al relato negro y la crónica roja, estoy seguro de que el distinguido letrado se hubiera sentido muy cómodo en la vieja redacción de El Imparcial o en la de El Vocero de los años ochenta, y que el legendario Pedro Julio Burgos, editor general de ambas publicaciones, hubiera tenido en gran estima sus crónicas.

Pero, a pesar de lo fuertemente realista y crudas de algunas de las narrativas, lejos de ser sensacionalistas o amarillistas los relatos de Hiram Sánchez no dejan de estar acompañados por claras críticas al mal llamado sistema de justicia criminal, así como al gobierno en general.

Entrelazadas en las crónicas, el refinado autor incluye sutilmente, o directa y de forma severa en ocasiones, críticas a la infraestructura y las políticas sociales del país. Desde la poca iluminación que sirve de refugio a la delincuencia en nuestras calles, los excesos de quienes sirvieron o tienen conexiones en agencias de seguridad pública o privada, y hasta la dejadez burocrática de las agencias que se supone velen por los y las más vulnerables, son objetos de la crítica del veterano jurista.

Crítica de la que no escapa la Policía de Puerto Rico. Aun cuando Sánchez Martínez en más de una ocasión deja claro su respeto por el trabajo de los y las investigadoras, este no deja de apuntar la falta o mal uso de recursos y la carencia de supervisión que por décadas permea y hasta en ocasiones define esa agencia.

Me estuvo curioso, por ejemplo, como en unos de sus relatos Sánchez describe y critica la falta de profesionalismo en las escenas criminales. En una de las narraciones, el letrado explica cómo, sobre todos en los casos de alguna notoriedad, los acontecimientos atraen el “noveleo” por parte de agentes de la Policía que no tienen nada que ver con la escena o a la investigación, y cuya presencia parece responder más al morbo que a otra cosa. Al leer las críticas a este asunto, recordaba los corajes del amigo Héctor Rodríguez, quien era coronel de la uniformada y a quién en más de una ocasión vi amenazar con acciones disciplinaria a todos los agentes que se aglomeraban en torno las escenas criminales sin tener competencia en la mismas. Al igual que su tocayo Hiram Lozada, con detalles como estos Sánchez demuestra su conocimiento de lo que “pasa en la calle” y de “cómo son las cosas”.

En alguna ocasión, y esto lo he dicho muchas veces, escuché a alguien, no estoy claro si fue a Benedetti o Umberto Eco, decir que las obras maestras lo son cuando permiten leerse a diferentes niveles.

Si tomamos esta premisa como máxima, se puede decir que HAY DOS CUERPOS EN LA NEVERA Y OTROS CRÍMINES, está, o está muy cerca de esa categoría. Estos relatos nos pueden divertir como meros cuentos policiacos llenos de intrigas y sorpresas. Pero igual, para quienes tienen ojos para ver, como dicen que dijo el rabino de Galilea, estás narrativas son una puerta para entender ese complejo mundo del Tribunal y de la llamada Justicia.

HAY DOS CUERPOS EN LA NEVERA Y OTROS CRÍMINES realmente es un pase de “backstage” a ese mundo de grises y figuras amorfas que es, o debe ser, la mente de quienes en la sociedad tiene la terrible tarea de exigir responsabilidad en nombre todos a los que, por una razón u otra se desviaron de las normas que, justas o no, rigen nuestra convivencia. Tarea que se hace más difícil y compleja cuando la misma incluye pasar esa factura social desde la protección de los derechos y la dignidad inherentes a esos seres humanos juzgados o convictos. “Menuda tarea” dirían los peninsulares.

En medio de ese ejercicio de auto observación, nuestro amigo jurista aprovecha para constantemente explicar los complejos procesos y estatutos legales que rigen y limitan al juez o jueza en la toma de decisiones y en el intento de ser justo al conducir los trabajos judiciales. La importancia del manejo de las mociones que de forma simplista llamamos “tecnicismos legales”, las interioridades operacionales del Tribunal, así como el rol de los jurados con sus miedos, ignorancias, sus prejuicios y su sabiduría pueblerina, pero sobre todo desde el sentimiento de intimidación que los legos sentimos ante el adversarial proceso jurídico, son parte de estas narraciones.

Es así como, el libro HAY DOS CUERPOS EN LA NEVERA Y OTROS CRÍMINES surge como una autorreflexión y una mirada al examinador y al proceso que lo limita. Es decir, estos relatos son una mirada desde el tiempo al observador observando, al juzgador juzgando. Un valiente proceso de juzgar sus juicios y decisiones a la luz de décadas pasadas. ¡BRAVO, MAESTRO!

Admito que, tras disfrutar la lectura de los relatos compilados por Sánchez Martínez, el Tribunal sigue siendo un espacio inhóspito para mí. Pero igualmente acepto que ahora me es más fácil entender y aceptar su rol, pues al parecer, en ocasiones hasta los y las juezas pueden tener los mismos sentimientos.

Para terminar, como dice el autor en uno de sus relatos: “Derecho y Justicia no siempre andan de la mano”. Esa es una desgracia con la que aparentemente se tiene que aprender a sobrevivir, aun cuando nunca nos deje de molestar y nunca se deje de combatir.

Maestro Hiram: Gracias por una semana de conversaciones y tertulia desde la intimidad de la lectura….

¡SALUD Y RESISTENCIA!

Presentación del libro Los Young Lords y las Panteras Negras: divergencias en la lucha por la liberación…


Los Young Lords y las Panteras Negras: divergencias en la lucha por la liberación, de Francisco Concepción Márquez, presentado el 13 agosto 2022 en la Librería El Candil, Ponce Puerto Rico


PARA VER LA PRESENTACIÓN EN VIDEO

excusas por los problemas técnicos

Por: Gary Gutiérrez

Adentrarme en el trabajo de Francisco J. Concepción Márquez fue, como diría Silvio en otro contexto, regresar a un lugar donde “habitan raíces y luceros”.

El comienzo de la década del 1970, cuando en séptimo grado un maestro de apellido Maldonado me expuso al trabajo de Roy Brown, comenzó mi desarrollo como observador socio político.

Las letras de aquella, para mí, nueva forma de cantar se unió a las noticias sobre la criminal guerra contra el pueblo del Vietnam, a las notas de prensa que hablaban de la independencias de los países con nombres extraños en África, a las crónicas de la brutalidad del populismo fascista latinoamericano y al surgimiento de una nueva forma de mirar a las historias sobre un mítico rabino de la Galilea romana.

Por supuesto, al leer el trabajo que hoy nos ocupa, vinieron a mi consciencia las noticias e imágenes de las luchas que por la reivindicación de sus existencias dieron las otredades en Estados Unidos. Es decir, la lucha que daban los negros, los chicanos, los originarios y por supuesto los puertorriqueños de la banda de allá.

Estoy claro que esa década forjó mi identidad y la forma en que todavía miro la sociedad.

Así, el trabajo de Francisco J. Concepción Márquez que nos ocupa en el día de hoy me hace tomar conciencia de cómo, un lustro antes de que yo comenzara a mirar críticamente el mundo, otros jóvenes que no vivían en la isla y que no se criaron con el mismo privilegio socioeconómico que yo, forjaron sus conciencias.

Me refiero al libro: Los Young Lords y las Panteras Negras: divergencias en la lucha por la liberación. Una publicación de 382 páginas que nos presenta los sueños, aspiraciones y pesadillas de un grupo de jóvenes que, emulando a otros igualmente marginados, tomaron prestadas las enseñanzas de un carismático líder negro por un lado, y los saberes de unos curas radicales por el otro, para alzarse como encarnación política de los sueños frustrados de sus padres y su comunidad. Una visión política que partía de la necesidad de la independencia para gobernarse, pero que no necesariamente aspiraban a la formación de un estado liberal burgués como lo pensó Betances, ni a una nación independiente fundada en las narrativas históricas eurocéntricas como las que nos habló Albizu.  

Los Young Lords y las Panteras Negras: divergencias en la lucha por la liberación, rescata y nos cuenta la historia de esos jóvenes que se atrevieron a aspirar, tal vez sin tenerlo claro, a un independencia vivida y gobernada desde lo común y la comunidad.

En las 50 páginas que componen la introducción del libro, Concepción Márquez nos resume el contexto geopolítico en que se desarrolla la organización que esos jóvenes de la diáspora boricua llamaron el Partido de los Young Lords.

Si bien los Lords se inspiraron y emularon al Partido de las Panteras Negras, otro organismo fundado por jóvenes marginados, desde la introducción el autor deja claro y detalla las diferencias entre estas organizaciones que se construían a si mismas como movimientos de auto defensa contra la violencia estructural del orden capitalista en que vivían.

Por un lado, explica Concepción Márquez, las Panteras buscaban la integración y reconocimiento de su espacio social y político dentro del aparato oficial de Estados Unidos y no necesariamente a la creación de un estado nación independiente. Aspiración entendible si se recuerda que, tras el secuestro, genocidio, esclavitud y marginación de los afrodescendientes, no importa las ilusiones decimonónicas del panafricanismo, estos ya no tenían una “patria” a la cual regresar.  A diferencia, los Young Lords sí se concibieron y auto construyeron como parte de un movimiento de liberación nacional exigiendo el derecho a autogobernar desde lo común su territorio nacional.

Explicando el contexto político, Concepción expone como los Lords asumen y desarrollan un complejo análisis que iba más allá de la lucha de clases típica del tradicional marxismo europeo. Ideología a la que le sumaron el elemento de las luchas raciales y anticoloniales de la época. Lo anterior no es de extrañar mirando el contexto y ambiente político en que surge esta organización llamada Partido de los Young Lords.  Es decir, el desarrollo del movimiento de los derechos civiles estadounidense, el nacimiento de nuevos movimientos revolucionarios centroamericanos, la llamada Guerra Fría incluyendo los conflictos en Asía y África, así como la llamada “segunda guerra civil de EE. UU.” cuando el aparato represivo se enfrentó al movimiento anticultura estadounidense durante la década del 1960.

Esta extensa introducción termina explicando cómo, para el autor de Los Young Lords y las Panteras Negras: divergencias en la lucha por la liberación, estos jóvenes revolucionarios puertorriqueños encarnaron el discurso del reverendo islámico afrodescendiente Malcom X mejor que las propias Panteras Negras, organización compuesta de hombres y mujeres negras. Es decir, lejos de encuadrar su lucha en la búsqueda de la inclusión al orden del blanco europeo como hicieron las Panteras, según Concepción, los Lords asumen el discurso separatista predicado durante las primeras etapas de la vida de Malcom como líder de la “Nación de Islam, cuando este exigía un espacio donde el negro pudiera ejercer el poder político y autogobierno sobre un territorio nacional.

Como magistralmente establece el autor en esta introducción, el discurso ideológico de los Young Lord es complejo y no necesariamente lineal pues cuenta con múltiples influencias. Por tanto, es lógico acercarnos al mismo mirando cada una de las influencias detalladas por Concepción Márquez en este libro Los Young Lords y las Panteras Negras: divergencias en la lucha por la liberación.

Así, en el primer capítulo el autor mira el discurso de los Lords desde el pensamiento de Malcom X.

Es fácil identificar entonces en el discurso político de los Lords, la narrativa de una nación dividida, del rol del subobrero y del lumpen como sujeto revolucionario, y la identificación de los Lords con el nacionalismo tercermundista dentro de un mundo bipolar eurocéntrico.

El segundo capítulo presenta el carácter religioso, influenciado por curas de la liberación, que dan forma al comienzo de la organización cuando los Lord pasan de ser una ganga callejera a un movimiento con consciencia política. En este capítulo Concepción Márquez expone cómo, desde el sincretismo entre las ideas de Albizu, Malcom, Martin Luther King y Fidel, la experiencia del pueblo de Vietnam, y la Teología de la Liberación, surge un ideario para una revolución social como expresión del amor propio y servicio a la comunidad que fue la zapata a los Lords.

En el tercer capítulo: Del nacionalismo negro al “intercomunalismo”, el autor entra en detalles de la necesidad de usar “cualquier vía necesaria” como respuesta a la violencia estructural. Es aquí donde Concepción explica la radicalización del pensamiento y la crítica que estos jóvenes hicieron a la llamada política de “no violencia”, concepto que entendían como parte de la sumisión del pensamiento del colonizado.

Igualmente, en este inciso, el autor expone la idea heredada de las Panteras de que “la revolución solo es posible si el pueblo sobrevive”. Concepto que sirve de base, tanto para que los Lords se integraran a la comunidad en sus luchas por reivindicación de sus derechos y el acceso a servicios básicos, como para enfocarse en el reclutamiento y concientización del Lumpen y del subobrero en una forma de lucha que el autor llama “intercomunitaria”. Es en este capítulo donde se explica el desarrollo de un nuevo nacionalismo que, a diferencia del de Albizu no surge de la visión moderna eurocéntrica, sino de un patriotismo que tiene su base en la consciencia tercermundista y la importancia de la organización comunitaria.

En el capítulo número cuatro, Concepción Márquez trata de hacer sentido y explicar el nacionalismo de los Young Lords. Aquí se presenta y discute la dicotomía entre el llamado “nacionalismo de clase media” que los Lords veían en Puerto Rico, versus la lucha de liberación de los que no tienen nada que perder. Aquí surgen unos Lords enfocados en la búsqueda de soluciones a los problemas que afectan la cotidianidad y la vida diaria de las comunidades. Desde ese sincretismo antes detallado, esos jóvenes buscaban una afirmación cultural desde un nacionalismo real, que hiciera frente al simplista nacionalismo culturalista de la administración colonial en Puerto Rico.

Esa batalla, según Concepción Márquez, los Lords la tuvieron que dar acosados por el sofisticado sistema de contra insurgencia dirigida desde COINTELPRO, programa creado por el infame y despreciable director del Buró Federal de Investigaciones, el desagraciado Edgar Hoover -palabras mías y no del autor-.

Precisamente esa represión y sus consecuencias, son el tema del capítulo cinco de esta publicación: Los Young Lords y las Panteras Negras: divergencias en la lucha por la liberación.

Si bien el colapso del Partido de los Young Lords estuvo mediado por la sofisticada represión de la inteligencia política estadounidense, el escrito también entra en los conflictos que surgieron a raíz de la llamada “Ofensiva Rompe Cadenas”, es decir la llegada e integración a la vida política de la isla de una avanzada de los Lords.

Igualmente, según Concepción este proceso de deterioro de la organización estuvo matizado por un viraje a la ortodoxia política de algunos de sus cuadres y los conflictos entre facciones que eso implicó. También señala el autor, cómo incidió en el deterioro de los Young Lords el golpe con la realidad política encontrada en la Isla, tras el abandono del espacio endémico de la organización en la Babel de Hierro.

Así es como Concepción Márquez describe como multifactorial el colapso de esta organización surgida literalmente de las cunetas del alto Manhattan. La represión, problemas personales y diferencias ideológicas, muchas producto de la inteligencia represiva por parte del estado, pueden señalarse como factores del desastre. Pero igualmente se puede apuntar al abandono o marginación del trabajo comunitario en su espacio endémico.

Es sobre este tema dónde se crece como académico de la historia el maestro Concepción Márquez. Lejos de idealizar ese proceso de síncope político de los Lords, el autor recoge, documenta, y por tanto humaniza, el proceso de purga interna con dolorosos relatos de las intrigas, las agresiones y las luchas internas que terminaron en secuestros, torturas, y saber que otras tragedias silenciadas por la historia.

Para concluir, el libro Los Young Lords y las Panteras Negras: divergencias en la lucha por la liberación surge como una historia fascinante que narra cómo esos jóvenes de chaqueta de cuero y boinas que se llamaron los Young Lord, redefinieron desde sus cotidianidad a ese sujeto conocido como el lumpen y lo organizaron políticamente en torno a unos objetivos comunitarios inmediatos y una lucha por la independencia de su país a largo plazo. Proceso que fue exitoso, según Concepción, hasta que la silvestre estructura se autodestruye inmersa en luchas y conflictos mediados por la ortodoxia teórica.

Esta, para mí, es la gran lección que Los Young Lords y las Panteras Negras: divergencias en la lucha por la liberación aporta al momento que vive el país, señalarnos formas políticas que van más allá de lo electoral. 

Creo que se nos va la vida si no revisamos y aprendemos de esta historia…  

Maestro Francisco gracias por apuntar al camino, le felicito. Pero, igual le recuerdo que esta publicación, Los Young Lords y las Panteras Negras: divergencias en la lucha por la liberación es solo una parte de la narrativa. Ahora me despertó el interés por saber cómo movimientos como el de La Raza, el American Indian Movement y el Poder Negro también incidieron en estos jóvenes visionarios que llamamos los Lords, por lo que espero sus próximas publicaciones.

¡Salud y resistencia!


Por: Susanne Nicole López Rodríguez

Por cualquier medio necesario, suena como de la generación que no se deja, esta consigna compartida por los Young Lords y las Panteras Negras me hace sentir identificada, tal vez para alguno le suene como radical. En la actualidad la lucha contra el sistema opresor con todo su aparato de gobierno y propaganda ha sido pan nuestro de cada día, en la diáspora y en el archipiélago. El sentimiento de que ya no hay más que darlo todo por un cambio, por vivir una vida digna es una efervescencia en las generaciones más jóvenes de puertorriqueñas/os en el país y en la metrópolis.

Los Young Lords y las Panteras Negras, divergencias en la lucha por la liberación, me ha hecho sentir gran orgullo de la historia de lucha por los derechos humanos, la autodeterminación de las naciones y las comunidades, la autodefensa ante el sistema, el internacionalismo, entre muchas trincheras por las cuales los grupos vulnerabilizados, o mejor dicho la clase trabajadora se han organizado en los Estados Unidos de América, mejor conocido como Amerikkka, término utilizado por los YL y las PN.

El accionar revolucionario no es cosa moderna en nuestra historia, somos un país de lucha y resistencia, la colonia va más allá de un estatus, es un aparato ideológico en que para descolonizarnos hay que mirarnos, ver quienes somos y que país queremos formar.

“Palante siempre palante”, los Young Lords, boricuas en Chicago y NY traen una conversación ideológica muy importante. ¿A quién les toca luchar por la independencia, que es independencia, Puerto Rico es el único país que tiene que liberarse de Amerikkka, del imperialismo gringo, ¿que necesitamos para liberarnos?

Tratando de construir contestación a mi propia interrogante a través del aprendizaje con la lectura de profundidad ideológica en lo que fue el movimiento de la lucha anti racista, antisistema, puedo decir que, para conversar sobre liberación, independencia, política realmente representativa hay que adentrarnos en un proceso de conocimiento histórico de como se construye el capitalismo y entender que dentro de su funcionamiento esta la desigualdad, el racismo, la xenofobia, el colonizar.

“El gobierno es una pared diseñada para ser de frontera entre el opresor y el oprimido”, citando un escrito del 71 por los Young Lords.

Las Panteras Negras principal grupo que inspiro a los Young Lords, conocidas por su lucha en contra del racismo a través de la autodefensa de las comunidades negras, queda corto para decir todos sus logros a favor de la lucha por los derechos civiles y humanos de las comunidades afrodescendientes en la metrópolis y en el mundo. Este grupo de revolucionarios fueron los que inspiraron a José «Cha Cha” Jiménez, fundador de los Lords en Chicago y que pasaron de ser una ganga a ser un partido revolucionario. Relatos difíciles de soltar una vez te adentras en el libro.

Como puertorriqueña nacida y criada en el archipiélago la narrativa de la diáspora me podía parecer lejana a nuestra realidad y forma de lucha hasta hace unos 3 años aproximadamente, recordando las Jornadas del verano del 2019.

En un constante cuestionamiento compartido con la visión de Juan Antonio Corretjer, de si las estrategias tomadas fuera del país en pro de la independencia de Puerto Rico deben de responder a una toma de decisiones de aquí hacia allá afuera.  Los cuestionamientos basados en el presente y en el futuro de la necesaria lucha por la independencia definida como el acceso y control de la tierra y de nuestra política y políticos, como definen ambas organizaciones en sus programas, y que son basados en “lo que creemos y lo que queremos”, son dinámicamente abordados por el Dr. Francisco J. Concepción Márquez en Los Young Lords y las Panteras Negras. Divergencias en la lucha por la liberación. Libro que va describiendo las organizaciones, los momentos históricos y el accionar de estas organizaciones.

Dentro de la importancia de leer esta publicación está conocer los grupos sociales que han influenciado la clase trabajadora y la importancia de tener medios de comunicación propios como los fueron los periódicos Palante y The Black Panter Community News. Sitios mediáticos en los cuales puedan tener el espacio de denuncia ante la violencia sistemática, la distribución ideas, los proyectos de asistencia social creados en espacios recuperados como las iglesias de la comunidad, etc. Estrategia utilizada desde los comienzos de las imprentas, las cuales como comunicadora encuentro fundamental en el ejercicio de los reclamos al gobierno y para mantener un espacio en el que las denuncias y propuestas sean reflejo del discurso de las bases.

 Una temática en este libro, “Los Young Lords y las Panteras Negras. Divergencias en la lucha por la liberación” que me atrajo fue las explicaciones del carácter ideológico marxista y las vertientes al que decidieron evolucionar estas organizaciones. Pasar de dar regalos a las comunidades, ejercicio reconocido por ellos mismos como reformista, a buscar organizar ideológicamente para combatir el imperialismo que usa el racismo para fundamentarlo, fue proceso clave para su “fin”. Teniendo en cuenta que en la época de los 70’ este tema del internacionalismo era uno con mucha carga política internacional y que el gobierno de Amerikkka reconocía como peligroso, como demuestra persecución a los disidentes al sistema capitalista.

¡Que viva la raza! Y la autodeterminación de todas/os los latinoamericanos dentro y fuera de los Estados Unidos de América. La historia de los Young Lords y las Panteras Negras, es historia viva, sus enseñanzas en la organización comunitaria y política son dirección en estos momentos, ¡POR CUALQUIER MEDIO NECESARIO!

Agradezco a Francisco J. Concepción Márquez, por la creación de “Los Young Lords y las Panteras Negras. Divergencias en la lucha por la liberación”. Pieza histórica, y guía para el trabajo que muchas/os continúa haciendo por la liberación.

A estudiar, organizarnos y luchar contra toda opresión del poder hegemónico, dentro y fuera del estado.

Gracias Francisco J. Concepción Márquez.

Con el Maestro Jenaro Rentas

En tributo a Bayamanaco…


Celebrando el legado Taino: pescadito a la brasa servido con vianda… ¡BUEN PROVECHO”


Iphonegraphy: Cerrillo Hoyos, Ponce


#Iphonegraphy: Patio


#Iphonegraphy: Luz jardinera


Sobre El Laberinto de los Indóciles; Estudios sobre la historiografía puertorriqueña del siglo 19 del maestro Mario Cancel


Para escuchar la grabación de la presentación

El Laberinto de los Indóciles; Estudios sobre la historiografía puertorriqueña del siglo 19.

Autor: Mario Cancel

Editora Educación Emergente

Presentado en La Librería El Candil

Ponce, Puerto Rico

12 de febrero 2022

Salud y resistencia a todos y todas:

“La ignorancia es atrevida” reza el dicho popular en Puerto Rico. Mi presencia ante ustedes demuestra la validez de esta frase.  Esto pues fue desde la osadía de mi ignorancia sobre la historia y la historiografía puertorriqueña que me atreví decir que sí al pedido por parte de Editorial Educación Emergente para que comentara El Laberinto De Los Indóciles: Estudios Sobre La Historiografía Puertorriqueña Del Siglo 19, la más reciente publicación del maestro Mario R. Cancel.

Confieso que cuando viene a historia, y sobre todo a historiografía, soy víctima y producto de un sistema de educación colonial. Aclaro que cuando digo “sistema” no me refiero a los y las maestras, pues, al fin y al cabo, esos educadores también fueron y son víctimas del sistema.

En aquella escuela de la década del 1970, enmarcada en luchas sindicales que como la que hoy libran los docentes, el currículo imponía un saber histórico que hablaba de que los “tainos” eran vagos y pacíficos, por lo que los europeos trataron de civilizarlos y salvar su alma. Nos explicaron que esos “indígenas” se extinguieron por débiles, razón por la que “tuvieron” que traer “negros” para “ayudar” al proceso de producción mientras que a su vez estos podían ser civilizados y elevados al nivel de adelanto del mundo eurocéntrico.

Aquella “educación” que sobre nuestra historia recibí durante aquel tiempo terminó con el Grito de Lares. Escaramuza producto del surgimiento de “un puertorriqueño” que quería librarse del abusivo “coloniaje” español. Interesante que la única vez que escuché la palabra “coloniaje” en aquellas clases, fue siempre como referente al periodo “español”.

No obstante, y a pesar de la carga ideológica del currículo escolar, mi visión sobre lo que podría ser otra historia de Puerto Rico se forjó y estuvo también condicionada por las luchas culturales que se desataron como respuestas a las burdas pretensiones de administraciones dirigidas por aspirantes a monárquicos como Rafael Hernández Colón y por pichones de fascistas como Carlos Romero Barceló.

Es así como mi visión de la historia, y de quién yo soy como puertorriqueño, se influenció por una especie folklorismo nacionalista. Tanto por la mirada basada en el discurso oficial producto de Ricardo Alegría, como por discursos más radicales y políticos producidos por una nueva sepa de gestores culturales. Es decir, por las letras de Danny Rivera, Roy Brown, El Topo, Haciendo Punto y Moliendo Vidrio, por ejemplo. Expresiones culturales contestatarias, moderadas unas y más radicales otras, que ante el ataque del anexionismo a “lo puertorriqueño” levantaban barricadas que me llevaron a cuestionar la historia oficial aprendida en la escuela. En mi caso, esas respuestas más radicales me llevaron a crear una identidad nacional idealizada basada en la construcción de un indígena épico y digno que luchó por su espacio físico y la preservación de su identidad.

Es desde este bagaje personal, y sin conocimiento técnico alguno de la historiografía, que me acerco al saber del maestro Cancel y a su publicación El Laberinto De Los Indóciles: Estudios Sobre La Historiografía Puertorriqueña Del Siglo 19. Hablando de lo atrevida que puede ser la ignorancia.

Pero, mi lectura del maestro Cancel igual estuvo mediada por la reflexión de dos sucesos, uno ocurrido hace unos años y el otro mucho más reciente.

Primero, tras leer la tabla de contenido de El Laberinto De Los Indóciles: Estudios Sobre La Historiografía Puertorriqueña Del Siglo 19 vino a mi mente la visita hace más de una década de una periodista española, que no recuerdo su nombre, pero que trabajaba un escrito sobre Puerto Rico para la Agencia Francesa de Noticias. En aquella ocasión, tras conversar conmigo sobre la criminalidad del país, la periodista me utilizó como intermediario para acceder a la alcaldesa de Ponce y a un profesor de historia, ambos anexionistas.  Durante aquella conversación en la sala de mi casa, ambos entrevistados expresaron que su aspiración a la anexión se basaba en al anhelo a ser parte del “progresismo estadounidense”.

El segundo suceso provocador de reflexión fue la respuesta del sector anexionista a la visita a Puerto Rico del llamado Rey de España, “tipejo” heredero de la vergonzosa tradición truquera de los Borbones. Dinastía que se levanta como regente hoy del Estado Español gracias al caudillo y genocida por la gracias de dios, Francisco Franco Bahamonde.

Así, desde mi falta de entrenamiento historiográfico y con esos marcos de referencias informales que ya detallé,  es que me acerqué a El Laberinto De Los Indóciles: Estudios Sobre La Historiografía Puertorriqueña Del Siglo 19. Publicación de 197 páginas divididas en tres partes o secciones. 

La primera, titulada Introducción: intersecciones entre historiografía y política, donde el maestro Cancel presenta el tema de su trabajo, las bases teóricas desde donde se acerca al mismo, y sobre todo su intención al publicar este trabajo.

“Mi finalidad es forjar la lectura de una discursividad que nunca se puso de acuerdo, nunca fue homogénea y que se apropió de la identidad y de la puertorriqueñidad de manera creativa poniendo la historia y la memoria del pasado al servicio de causas que chocaban la una con la otra.”

Así, don Mario deja claro su aspiración:

“Lo que busco es penetrar los mecanismos de manipulación de la memoria, del pasado, y de la historia para fines políticos en la discursividad histórica del siglo 19 y ver como la historiografía afectó el activismo modernizador en aquellas circunstancias”

Explica así el autor que el discurso historiográfico del siglo 19, y asumo que el de nuestros días, no es uno imparcial, lineal y mucho menos inocente.  Es decir, nos presenta la historiografía como campo de batalla y herramienta para la construcción ideológica, en este caso la construcción de la identidad del sujeto hoy llamado “puertorriqueño”.

Para esto Cancel aclara y produce un mapa para entender la mutación en el tiempo de las definiciones de términos como: autonomía, anexión, independencia, descolonización y otros términos, matizados siempre desde las ideologías y las posturas de clase de los autores estudiados. Pero sobre todo como referentes para forjar la identidad criolla y las aspiraciones colectivas que empujaban esos historiadores. 

Leyendo lo plasmado por don Mario sobre esa historiografía, surge claramente la complejidad del pensamiento historiográfico producido durante el siglo 19. Los matices de sus marcos teóricos, las fuentes y la metodología usada por los autores de esa época. Autores para quienes la identidad puertorriqueña tenía unos cimientos europeos que influyeron como se mirará los eventos de 1898 y el proyecto modernizador del periodo posterior. Para esto, el maestro Cancel no se limita al uso de fuentes provenientes de libros históricos, pues aclara que el “… pensar históricamente no es un monopolio de los historiadores”.  ¿Será por eso estoy yo aquí compartiendo mi poco ilustrada opinión sobre su trabajo historigráfico?

La segunda sección o inciso se titula: Historiografía y política puertorriqueña del siglo 19: entre integrista y separatistas. Aquí Mario Cancel da rienda suelta al historiador que le da forma como intelectual y que lo define como académico. Dieciocho (18) ensayos donde se adentra y examina las lecturas que los historiadores de los siglos 19 y 20 hicieron sobre el trabajo de sus antecesores. Sobre todo, en estos escritos el autor se enfoca en las miradas de clase, políticas y en los prejuicios raciales desde donde esos documentadores del siglo 19 miraron los trabajos de Agustín Iñigo Abbad y Lasierra por ejemplo.

En esas miradas de los autores estudiados, según Cancel, transpiran dos proyectos discursivos: la regionalista o integrista y la nacionalista. Brecha discursiva que se va a encrudecer tras el 1898. Es interesante no obstante que ese sujeto puertorriqueño y su identidad nacional resultante de ambas posturas, tanto la integrista como la nacionalista, será una “identidad” basada en la aspiración al euro-occidentalismo que produce en el sujeto puertorriqueño una necesidad de alcanzar el nivel de desarrollo europeo para poder entrar a la modernidad. No importa si era bajo el integrismo o el separatismo, ni mucho menos si era bajo el dominio español, el estadounidense o la independencia.

Así explica Cancel que desde tan temprano como en la historiografía de Abbad y Lasierra ya se establecían definiciones de la identidad criolla desde la dualidad del “yo” y la “otredad”. Dualidad que produce la mentalidad de que los puertorriqueños no eran, ni podían ser, iguales a los españoles. Esta visión es estudiada por Cancel en los trabajos que sobre Abbad y Lasierra hicieran los pensadores del siglo 19: Tapia y Rivera, Acosta y Calbo y Elzaburo y Viscarrondo.

Luego, Cancel recorre la historiografía puertorriqueña durante los siglos 19 y 20 para documentar como, implícitamente o no, el criollo necesita construirse desde el eurocentrismo, no importa si es como español o estadounidense repito, para alcanzar la modernidad. Si es correcto lo que entendí, es fácil entender entonces cómo la vinculación al imperio de turno es valorada y reflejada en las visiones políticas y en la forma que vemos todavía nuestra relación con esos imperios. 

Tras leer, repito como lego en historia y en historiografía que soy, El Laberinto De Los Indóciles: Estudios Sobre La Historiografía Puertorriqueña Del Siglo 19 del amigo y maestro Mario Cancel creo poder entender mejor como el síndrome del colonizado todavía se manifiesta hasta nuestros días en todos nosotros.

Leer a Cancel, creo que me ayuda a entender mejor por qué la escuela me construyó la historia como lo hizo. Igual me hace más fácil explicar el monarquismo de Hernández y el neofascismo anexionista servil de Carlos Romero. Ambos parecen expresiones caricaturescas de esa aspiración a la modernidad ya explicada. También tras esta lectura, creo poder entender mejor los intentos contestatarios para idealizar lo indígena y lo criollo latinoamericanista en las luchas de una nueva generación de trabajadores de la cultura que, influenciado por el indigenismo de la década del 1970, buscaban redefinir el ideal “puertorriqueñita”. Admito que eso necesito seguir estudiándolo.

Sin embargo, lo más interesante para mí, desde mi visión de lego en la historiografía, es como la lectura de El Laberinto De Los Indóciles: Estudios Sobre La Historiografía Puertorriqueña Del Siglo 19 me ayuda a explicar la respuesta de la alcaldesa de Ponce y del historiador a la interrogante de la periodista sobre el porqué eran anexionistas. Igualmente, interesante, exponerme a este trabajo me hace posible entender mejor el entusiasmo casi adolescente con que los funcionarios anexionistas del país se “postraron” a los pies del anacrónico visitante monárquico que, buscando oportunidades económicas, visitó la isla. La realidad que fue vergonzoso ver los supuestos dignatarios del país, comportarse como adolescentes millennials frente al “influencer” del momento.

Dicho la anterior creo que el trabajo de Cancel titulado El Laberinto De Los Indóciles: Estudios Sobre La Historiografía Puertorriqueña Del Siglo 19 hace dos grandes aportaciones a la discusión sobre quiénes somos y a dónde vamos como pueblo.

Primero, la extensa bibliografía de sobre 10 páginas que acompaña y sostiene el texto del maestro Cancel. Ese banco de datos nada más vale el costo del libro y deja ganancia.

Segundo: La provocación a pensar y preguntar.

Exponerme al contenido de El Laberinto De Los Indóciles: Estudios Sobre La Historiografía Puertorriqueña Del Siglo 19 me provoca preguntas como:

¿Estamos los y las puertorriqueñas condenadas a ser siempre aspirantes al progreso civilizado del eurocentrismo blanco, lo mismo español que estadounidense?

¿Seguiremos viendo la necesidad de subordinación a un imperio como la puerta para el progresismo y la modernidad?

¿Cuán vivas están, y cómo siguen definiéndonos estas narrativas en pleno siglo 21?

¿Por qué no le hicimos más casos a las narrativas indigenistas y latinoamericanistas de los músicos de los ’70?

Maestro Cancel, hasta aquí mis dos centavos sobre El Laberinto De Los Indóciles: Estudios Sobre La Historiografía Puertorriqueña Del Siglo 19.

Gracias por la provocación. ¡Salud y resistencia!

“Mixta” de pollo guisa’o a la criolla en “slow cooker” con tostones…


“Old school” pollo al bbq sazonado con adobo criollo y servido con tostones… Almuerzo pa’ sábado


Tortilla…


Revoltillo con salchichas (vienna sausage) pa’ desayuno, “real boricuas comfort food”


#Iphonegraphy: luz mañanera…


Pollo al bbq criollo…


Gracias al maestro Jesús Ortiz, celebramos el genio de hermano Reinaldo Millán


Ubicada en el salón Rei Millán de la Librería El Candil de Ponce

Pinchos de pollo, con trasunto kentuckiano… (Crónica visual)


En saludo al “CAPRICHO BORICUA” de Wilda Rodríguez… Tomate, queso del país y albahaca, terminado con buen aceite de oliva y maravilloso balsámico de 18 años


Blog de WordPress.com.

Subir ↑