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El Blog de Gary Gutiérrez

Observador social, iconoclasta aspirante a ácrata, apóstata, comantenedor del programa @tempranopr de http://www.pab550.com, y barbicuero de patio

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Smokey Joe

«Club Steak» ahumado en taquitos, por aquello de experimentar…


Buscando con experimentar en la barbacoa, me topé en el colmado con una posta como de 2.5 pulgas de un corte que llaman «Club Steak«

Como siempre que consumo esta pieza la preparo directo sobre las brasas a término medio crudo, esta vez decidir prepararlo a fuego lento indirecto.

Para cocerlo, preparé el «Smokey Joe» de Weber usando el método de serpiente. Tras secar la pieza con papel toalla, le pasé un poco de aceite de oliva y le polvoreé un «rub» comercial. y al «barbi».

Cuando la carne llegó a 165 grados internos, al empaqueté en aluminio con un poco de jugo de manzana y de vuelta al fuego indirecto hasta que llego a 205 grados Fahrenheit.

Luego de una hora descansando fuera del fugo la corte y serví sobre tortillas de maíz, queso y salsa… y por supuesto cervezas.

¡Buen provecho…!

Tratando de imitar el #Po-Boys de los hermanos afro descendientes de Mississippi…


Buscando cómo ampliar mi experiencia barbiquiuera, decidí tratar eso que llaman po-boy.

Por supuesto, este asado producto de las clases negras trabajadoras tiene múltiples variantes a lo ancho del sur estadounidense. Así que en este caso decidí tratar de imitar la tradición de Mississippi.

Comencé con un California Steak de poco menos de tres libras.

Lo ahumé, con madera de manzana usando el método de serpiente por unas dos horas en un Weber Smokey Joe con las ventanillas superiores cerradas un poco más de la mitad.

Pasadas las dos horas, la posta ya había generado corteza. La pase a un «Dutch Oven» de hierro, en este caso, de unas 12 pulgadas. Allí la condimenté con un sobre de aderezo italiano y uno de «gravy» de res. Luego la terminé con una cuarta de mantequilla y 8 pimientos pepperoncinis.

Entonces lo tape por dos horas en el dutch oven con 10 briskets debajo y 15 en la tapa.

El resultado fue una tierna posta que se desmorono al toque, con un fuerte sabor a carne y un trasunto del picante de los pepperoncinis.

Esperé que se enfriara lo suficiente para manejarse y desmenuce la pieza. Luego incorporé la carne a los jugos que quedaron en el dutch oven.

Para servirlo, lo mismo le bregó bien en sandwiches que sobre papas majadas… y por supuesto, la baje con dos friítas…

¡Buen provecho!

Dorado al grill: continua la cuarentena


En lo que parece una escena de la novela Ensayo sobre la ceguera del inmortal Saramago,  el mundo sigue enfrentando una pandemia complicada por intereses políticos y económicos.

Millones de personas en todo el mundo, sobre todo en el industrializado, somos obligadas a permanecer acuartelados en nuestros hogares como forma de prevenir el contagio.

En mi caso, la forma de sobrevivir este proceso es cocinando en la barbacoa. En esta ocasión; filetes de dorado a la barbacoa. Mahi-mahi, pa’ los hipsters.

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Tras sazonar los filetes con, sal, pimienta y aceite saborizado con limón, precociné las papas en el microondas y las aderecé con aceite saborizado con hierbas de la cocina toscana, puse todo directo sobre el fuego en una canasta para grillar pescados. Entre el pescado y la carne coloqué unas rueditas de limón para dar sabor y evitar que el pescado se peguera a la parrilla.

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Volteé la canastas cada tres (3) minutos hasta alcanzar un temperatura interna de 140 grados Fahrenheit.

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Una vez alcanzada esa temperatura, saqué la canasta del fuego y lo puse a descansar por varios minutos.

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Sabroso y delicado, no es la cura de corono virus pero hace la espera de la misma mucho más llevadera.

¡BUEN PROVECHO!

Ante la cuarentena: «PERNIL @ Barbi»


La situación en torno a una pandemia mundial trastorna la sociedad puertorriqueña.

Dirigidos por una administración colonial que no tiene recursos, fiscales o intelectuales, los puertorriqueños y puertorriqueñas vivimos sometidos a una cuarentena con toque de queda y movilidad restringidas, pero sin pruebas diagnostica que guíen los trabajos.

Como no hay de otra y uno tiene que pasarse el día en la casa, y como una de las pocas razones permitidas por la ley para estar en la vía pública es el abasto de alimentos, dos más dos suma cuatro. «IS BBQ TIME».

Ante esta situación, compramos medio pernil delantero que dejamos marinando por dieciocho horas en ajo, orégano, sal pimienta, aceite, vinagre y jugo de manzana.

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Pasado el periodo de marinado, y mientras encendimos el «Weber Smokey Joe«, procedimos a secar bien la pieza con un papel y untar aceite de oliva en la piel de la pieza porcina.

Cuando el «barbi» estaba totalmente encendido, dividimos los carbones en dos partes para cocinar a fuego indirecto en el centro de la barbacoa donde colocamos la pieza.

Tapamos el asador con las ventanas de abajo totalmente abiertas y las superiores a poco menos de la mitad. Por experiencia sabemos que, en el Smokey Joe,  eso produce más o menos unos 275 o 300 grados Fahrenheit.

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Cada 30 minutos, cotejamos la cocción hasta que la carne alcanzó una temperatura interna de 170 grados Fahrenheit. En ese momento, incorporamos aceite con infusión de chiles colorados y arreglamos el carbón para cocción directa. Volteando la pieza sobre las brasas hasta que alcanzamos el tostado deseado del cuero.

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En poco más de dos horas estábamos almorzando una delicada carne de cerdo que se deshacía con solo mirarla.

Me imagino que, de sobrevivir esta pandemia, parte de las historias que compartiremos al recordar la tragicomedia será el pernilito que nos ayudó a pasarla mejor.

¡Buen Provecho!

Solomillo al «barbi», porque hay veces que uno se lo merece…


Cuando viene a cerdo, la crema de la crema es el solomillo, eso que en inglés llaman el «tenderloin». Así que, cansado tras semanas de manejar los problemas de la vida, decidí regarme el place de saborear el más tierno y magro manjar porcino.

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Llamé a mi «meat guy», quien me consiguió un magnifico ejemplar, que compuesto por dos pedazos no pasaban de dos libras. Perfecto para compartir con mi compañera y mi progenitora.

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Los sazoné por más de 12 horas en el refrigerador con un rob de adobo criollo, páprika y un poco de azúcar. Una hora antes de cocinarlo lo saque del congelador y lo arropé con lascas de tocineta -beicon- mientras encendí el Smokey Joe.

Una vez prendido el cabrón, lo separé para cocinar de forma indirectas las dos piezas que coloqué en el centro de la parrilla.

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Tapé el barbi con las ventanillas totalmente abiertas por unos veinte minutos. Cuando la temperatura interna de la carne llegó a los 115 Fahrenheit, la volité y aplique lo que me quedaba de la salsa para barbacoa Swineapple que me regaló Manolo Matos el de Cucubano Podcast.  Después de este punto, repetí el procedimiento de voltear y ensalsar cada 10 minutos hasta llegar al la temperatura interna de 145 grados Fahrenheit.

Ya, para sellar la tocineta, moví las piezas sobre las brasas por varios minutos por cada lado hasta llegar a los 145 grados Fahrenheit. En este punto simplemente saqué del fuego las piezas y mientras descansaban, aproveché para grillar unas mazorcas de maíz y una papas ya hervidas.

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Para servirla, aderecé la tierna y jugosa carne con una reducción de la salsa Swineapple y un poco de agua que le fue de maravilla.

En fin,  que si bien el solomillo no resolvió los problemas que complican mi cotidianidad, no es menos cierto que me regaló unas dos y media horas de tranquilo placer.

¡Buen Provecho!

 

Con pollo, también la Smokey Mountain brega


La llegada de un «care package» con diversas salsas para barbacoa al estilo sureño me tiene gozando.

Tan pronto recibí el paquete que desde Kentucky me envió el hermano Manolo Matos del Podcast Cucubano, comencé a cocinar. Lo primero fueron unas costillas de cerdo y lo segundo un «pull pork que usé en quesadillas y sandwiches confeccionados y terminados con la «Smokey Mountain» de Blues Hog.

Como quedó casi medio pote de la «Smokey Mountain», decidí ver como le brega a un pollo a fuego directo en la parrilla del «Smokey Joe». El más pequeño de los productos de «Weber Grills«.

Comencé cortando en mariposa un pollo parrillero que sazoné con adobo criollo comercial, paprika y pimienta roja.

Una hora más tarde, encendí el pequeño Weber con suficiente carbón para solo cubrir la parrilla interior. Es decir, solo una capa de carbón natural bien encendidos.

Coloqué el ave sobre las brasas, con la piel hacia arriba y cerré la barbacoa con las ventanillas inferiores completamente abiertas y la superior cerrada dos terceras partes.

Media hora más tarde, viré el pollo para que la piel se expusiera a las brasas y volví a tapar la barbacoa.

Vente (20) minutos más tarde apliqué la «Smokey Mountain» sobre la parte interior del pollo y volví a cerrar el Weber.

Unos quince (15) minutos más tarde volví a voltear el pollo para aderezar la parte de la piel.

Ya en la recta final, esperé con el «barbi» tapado unos vente (20) minutos y listo.

Nuevamente la «Smokey Mountain» hizo el trabajo como se necesitaba.

El fuerte y frutal dulce de este producto de Blues Hog, balanceó de maravilla el poderoso sabor de los condimentos produciendo una paleta extraordinaria de sabores que se entrelazan en una danza sensorial en el paladar.

Esto, junto al hecho de que la cocción lenta, casi hora y media, produjo una tierna textura como pocas veces he logrado en un pollo a la BBQ, hizo de esta una experiencia gastronómica para recordar. Definitivamente, ya los «pollos BBQ» que venden por ahi, no la hacen.

La verdad que si uno tiene el tiempo, para pasar par de horas relajado en el patio y luego experimetar el fruto, no hay excusas.

¡Buen prvecho!

Miércoles de burger @ Gary’s


Cuando viene a «burguers», El Weber Smoke Joe la hace.

Siete minutos sobre fuego directo, se voltea y se corona con buen queso cheddar. Se cubre el barbi con las ventanillas completamente abiertas por otros siete minutos.

Terminado un poco por debajo de «medium», se monta con los aromáticos y complementos preferidos.

En mi caso, se acompaña con un Añejo de Don Q, por supuesto…

¡buen provecho!

Medium rear & Don Q Añejo… «priceless»


Medium rear New York strip @ Weber Smoke Joe, some veggies & Don Q Añejo… «priceless»

TGIF: Mar y tierra @ Smokey Joe


Tras una semana donde todo salió mal, nada como un buen bourbon frente al fuego del grill.

En este caso el Smokey Joe de Weber y carbón Natural.

Una vez el carbón llega a su punto, se tiran directamente las brasas los camarones jumbo aderezados con aceite de oliva y «lemon & pepper rub». También una salchicha ahumada al estilo americano.

Se tapa el Smokey Joe de Weber con los ventiladores abiertos y se deja por unos 5 min.

Luego se destapa y se terminan de caramelizar los camarones y la salchicha con las llamas que naturalmente se generan.

Al final se remueven las proteínas y se pone el pan (ciabbatta) al costado de las brasas, se cierra las ventanillas y se tapa «el barbi» por un par de minutos.

El resto es crónica de una «jartera» anunciada…

Buen Provecho…

Fuego, humo, carne, tocineta y miel de pulga…


Por Gary Gutiérrez

¡Quiero hamburguer!

Pocas cosas son más excitantes para un cocinero o asador de patio, que cuando algún miembro de la familia pide que le prepare algo especial. es como un reconocimiento de que uno le brega al «barbi».

En este caso, la doña estaba antojá de burguers. Así que me puse a buscar alternativas para ver como presentar de forma diferente el más clásico plato de la parrilla doméstica, la hamburguesa o «burguer».

Fue así que encontré una receta para tocineta ahumada o «smoke bacon» en la página de You Tube de los Pitboys.

El problema fué que no tenía azucar morena en la casa, así que  modificamos la receta usando  «Miel de Pulga», también conocida como «miel de melaza» o «miel residual».

Dos horas antes del momento pautado para almuerzo, encendimos el Weber Smokey Joe para ahumar con fuego indirecto. Es decir todo el carbón a un lado de la caldera, pero encendido solamente a uno de los extremos.

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Una vez se encienda el carbón, se le añade la madera, en este caso de manzana, y se deja que llegue a temperatura.

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Se pone las lascas o fetas de tocineta (tocino o beicon) las que se pintan con la miel residual o de pulga.

Hora y media mas tarde, tapado el Smokey Joe con las ventanilla cerrada a 2/3, el beicon está listo para el disfrute.

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Aprovechando que ya el carbón restante está totalmente encendido, se tiran las hamburgueas o burguer sobre las brasas,  se sazona con sal gruesa y pimienta, y se tapa el Smokey Joe con las ventanillas abiertas.

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Pasado los 10 minutos se voltean los hambuerguers y se tapan por 5 minutos más. En ese momento se le pone queso a los que lo prefieran y un par de minutos más tapados para que se derrita.

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Finalmente se tuesta un poco el pan y se monta el motivo de nuestra lujuria gastronómica con los complementos que nos agraden y lo sirve junto a una friita…

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Luego, tras disfrutarlo despacio, llame, haga una cita con su cardiólogo o cardióloga y luego se tira a dormir la siesta…

Buen provecho….

 

 

Potaje al «barbi» de lentejas y ossobuco ahumado


«Por que está ahí»  es la respuesta que, según la sabiduría popular, contestó un alpinista el preguntarsele por qué escala montañas.

Eso mismo viene a mi mente cuando me pregunto por qué hacer el potaje en el BBQ y no en la estufa. «Porque está ahí»

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No obstante, la realidad es que cuando viene a recetas que toman tiempo y que son reconfortante, prepararlas en el «barbi» son todo un ejercicio meditativo y placentero que convierte el producto final en algo íntimo que se comparte con los comensales.

Además de que cocinar en el patio tiene cierta conexión con el fogón de las madres ancestrales y eso siempre es enriquecedor.

En este caso, para mi los potajes de granos son uno de esos platos reconfortantes que se hacen con calma, se sirven con alcohol y se tienen que compartir.

En este caso colocamos un caldero de hiero (olla para los del norte) directo sobre los carbones calientes  un Weber Smokey Joe.  Tamaño perfecto para no malgastar carbón.

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Una vez tome temperatura, se incorpora el ossobuco ahumado, previamente cortado en ruedas o pedazos. Se Sofríe y se le incorporan los aromáticos.

En este caso, cebolla, ajos a gusto salteada hasta que caramelizarse y se le agrega  una lata  (14oz) de tomates en trozos con su jugo.

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Luego le punemos orégano del patio, sal y pimienta a gusto. Se le añade el caldo de res hasta cubrir y y cuando hierva le suma las zanahorias en trozos.

 

Se tapa y cuece más o menos unos 40 minutos , dependiendo del fugo. No se preocupe, por el olor usted sabe que ya está. Remuévalo del fuego y déjelo descansar, más o menos por el tiempo que le tome darse una cervecita.

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Finalmente sírvalo y disfrútelo en compañía de amigos, vecinos o familiares. como Dios manda….

¡Buen Provecho!

A falta de tamaño, creatividad… crónicas de un sábado de BBQ


Por Gary Gutiérrez

Recientemente, para poder experimentar en el mundo del asado sin botar una fortuna en carbón, adquirí una barbacoa pequeña.

La decisión la tome luego de ver en YouTube las cosas que, con el conocimiento adecuado, se pueden hacer en estos pequeños gigantes.

Como parte de mi práctica, este fin de semana jugamos con unas costillitas de cerdo “St. Louis Style”, un filete “cowboy” y macarrones con queso. Como complemento adicional, una la ensalada de repollo con wasabi.

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Cuando viene a estas barbacoas pequeña, parece que la organización y el manejo del tiempo es lo más importante.

Así, acompañado por un buen jazz, el proceso comenzó a eso de las 8:00am, después de todo, la idea es que todo estuviera listo para almorzar a eso de la 1:00pm.

Encendido y dividido “el barbi”, por un cubilete de agua, en dos áreas, se pusieron las costillas que se adobaron la noche antes con un “rub” de adobo criollo, azúcar negra y páprika.

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Tras poco más de 45 minutos tapadas con los ventiladores abiertos a menos de la mitad, las rociamos con una mezcla vinagre y jugo de manzana y las volvimos a tapar por otros 45 minutos. Pasado este tiempo, las aderezamos con una salsa de barbacoa con base de guayaba y las dejamos en el fuego tapadas por otra media hora para que se caramelizada.

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Mientras todo esto pasaba en la pequeña barbacoa, en la cocina preparaba los macarrones con queso. Terminadas las costillas, y aprovechando el carbón, colocamos los macarrones. Menos de una hora más tarde, cuando salían burbujas por los bordes, el plato estaba terminado.

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Ya para este momento eran poco más de las 11:00am.

Destapado “el barbi”, removido el cubilete, abierto todas las ventanillas y dispersado los carbones, esperamos un tiempo para elevar la temperatura. Cuando el calor se sentía adecuado, que solo se puede mantener la mano uno o dos segundos sobre el carbón, se tiró el “cowboy” sobre las brasas.

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Cuatro minutos por cada lado para sellarlo, y luego con las ventanillas cerradas más de la mitad, 10 minutos tapados hasta que alcanzó una temperatura interna de 140 grados.

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IMG_6820Finalmente y mientas todas las carnes descansaban, preparamos la ensalada de repollo con wasabi.

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En fin, que cuando viene a pasar un buen día frente a la barbacoa, se cumple con la premisa de que no es cosa de tamaño, realmente es habilidad.

Buen provecho…

 

Wasabi, para que se sienta el «coleslaw»


Por Gary Gutiérrez

Una de las cosas que más difícil se me hace es buscar alternativas para acompañar las carnes asadas o ahumadas.

Como estamos en verano, trato de mirar alternativas como ensaladas fría, sean de papa, de pastas o de repollo (cole).

Recientemente probé una “salsa de wasabi” comercial paraacompañar unas carnes ahumadas, por lo que me quedaba en la nevera. Así fue como se me ocurrió usarla como complemento a la mayonesa en una ensalada de repollo.

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El wasabi no es otra cosa que rábano picante japonés y las versiones comerciales, regularmente son combinaciones reducidas de rábano picante (horseradish).

Regularmente, preparo la ensalda de repollo, o “coleslaw”, aderezando el repollo con sal, pimienta, azúcar, aceite de oliva, vinagre y mayonesa. Todo a gusto, como debe ser.

En esta ocasión sustituí la sal por salsa soja, el aceite de oliva por aceite de ajonjolí oscuro, y el vinagre por la salsa de wasabi.

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El resultado fue una sabrosa ensalada de repollo, excitante por sus múltiples niveles de sabores exóticos que complementaron de maravilla el poderoso sabor de un filete tipo “cowboy” grillado sobre las brasas en el Smoke Joe de Weber.

Definitivamente este es una fácil receta para guardar y repetir… buen provecho.

Sándwiches de garrón… “despacito y mojadito”


Por Gary Gutiérrez

Recientemente, buscando una alternativa para prender el “barbi”, encontré en el supermercado una postita de garrón que me cautivó.

El garrón, que es un corte horizontal de la pieza que llamamos osobuco, es una pieza saborosa pero densa que requiere saber manejarla. Tradicionalmente en Puerto Rico se usan para fricasé o guisos, pero recientemente la preparamos en pinchos y quedo genial.

En esta ocasión, la preparamos usando una receta con cerveza que los Pitboys presentaron en su canal de YouTube bajo el título “Boneless Beef Ribs”. Simplemente sustituimos las postas de carne rebanadas por el garrón.

Así, luego de sazonar y sellar las piezas de garrón sobre brasas en el Weber Smokey Joe, la dejamos a fuego indirecto hasta que llegó a 140 grados más o menos. Luego las pasamos al “crock pot” por unas cuatro (4) horas a fuego lento con cerveza y sala de barbacoa.

 

El resultado fue una sabrosa carne firme pero tierna que en pan francés y tomates frescos fue una maravilla.

 

¡Buen provecho!

Basa a la brasa y en wrap… ¡ohhhh yes!


Por Gary Gutiérrez

Provocado por la recién adquisición del Smokey Joe de Weber, me he pasado la semana buscando cosas para grillar. Confieso que “la fiebre” es insoportable.

En este caso la alternativa resultó ser unos filetitos de basa, económico pescado muy fácil de aromatizar, que estaban en especial.

Un poco de aceite de oliva con infusión de ajo y una rociadita de un “rub” comercial de hierbas y limón que encontré en una tienda de descuentos, fueron suficientes para elevar el discreto pescado a otro nivel.

Mientras el pescado se crecía con los sabores del “rub” el aceite, preparamos la barbacoa con carbón de palitos. Una vez en su punto las brasas, pusimos los filetes sobre un “grill matt” por 10 minutos sin voltear y cubierto el asador.

Pasado el tiempo, y sobre las brasas directas, se doraron los filetes. Allí mismo se calentaron las plantillas donde, aderezadas con una salsa tártara se sirvió el pescado.

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Si bien este plato sería más fácil al horno o sobre una plancha en la estufa, el ahumado sabor de la barbacoa hace un plato cotidiano una experiencia especial.IMG_6549

Así que, en resumen, definitivamente valió la pena invertir 30 minutos más encendiendo el “barbi”.

Buen provecho…

 

 

 

Weber Smokey Joe: porque no siempre es cuestión de tamaño


Si algo está claro es que en el capitalismo, nada es de gratis y mucho menos las aficiones, los hobbies o las fiebres.

Tras varios meses inmerso en el aromoso mundo de las barbacoas y ahumadores, esta máxima queda meridianamente clara.

Jugar con el «barbi» cuesta.

Claro, si bien es cierto que gran parte del costo se consume con la familia y el corillo, no es menos real que el costo del carbón, utensilios, «gadegets»y hasta de productos de aluminio es considerable.

Por otro lado, si usted no practica haciéndole el amor al fuego y las brasas, jamás logrará convivir con ellos de forma disfrutable.

Ante esta disyuntiva, tres videos en YouTube me dieron la respuesta, el Weber Smokey Joe. Un pequeño grill que, si se sabe usar, es excelente para practicar principios básicos de asados y ahumados.

Es así que con la ayuda de los canales Daddy CooksBraum Grillin’z y de Baby Back Maniac, me encontré este huevito de 14″ perfecto para practicar y desarrollar mi intimidad con ese poder destructivo y creativo que es el fuego.

Aceptando el reto lanzado por Daddy Cooks, decidí usar la idea del bloque. No apostante, en vez de acostar el bloque en su lado más delgado para crear una barrera entre un lado para fuego directo y uno para indirecto, lo acosté en su plano más ancho y separé el huevito en fuego indirecto en el medio y fuego directo a los dos costados. Así el bloque me sirvió para poner un cubilete de aluminio como «dripping pan«.

Con muy poco carbón, en poco más de 3 horas, logré ahumar unas costillitas de cerdo. para aprovechar el tiempo y el carbón encendido, mientras la carne descansaba tras su cocción, puse unos camaronsitos para complementar la oferta familiar, un sabroso»Mar y Tierra» en el Weber Smokey Joe.

Así que si usted está pensando en entrar en el maravilloso mundo de las brasas y el humo, pero no quiere hacer mucha inversión, esta es una opción.

El Weber Smokey Joe y YouTube son un excelente punto de partida.

Buen provecho…

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