
Pizza de pernil (pierna) de cerdo, queso blanco del país y recao (culantro largo)…


Siguiéndole recetas sacadas de la Internet preparé la masa. Luego incluí los ingredientes que tenía disponible.
Si bien de sabor, ambas pizzas resultaron sabrosas y la textura de la parte de abajo de las dos quedaron genial, todavía tengo que encontrar la temperatura ideal para que los ingredientes sobre la masa lleguen a su punto. Estaremos experimentando a ver…


¡Buen provecho!
En la entrada anterior a este blog se describe como marinar con jugo de manzana un pernil delantero que terminó cuatro horas en la barbacoa.

La idea de cocinar un pernil para solo dos personas, como en el caso de mi casa, es tener proteína disponibles para varios días. Con esa carne se pueden preparar rápidamente un sinnúmero de alternativas sabrosas.
En esta ocasión, que contaba con un pan de centeno fresco de Baguette de Puerto Rico la opción obvia era sándwiches.

El fuerte y peculiar sabor del pan de centeno junto a la acidez de pepinillos y mostaza, dominaron y balancearon maravillosamente el fuerte dulzón de la “corteza” del pernil.

En resumen, cuando vienen a costo efectividad tan necesaria en este tiempo de reclusión por causas del COVID 19, invertir tiempo frente a la barbacoa, no solo es bueno para el bolsillo, también es maravilloso para el espíritu.
¡Buen provecho!
La situación en torno a una pandemia mundial trastorna la sociedad puertorriqueña.
Dirigidos por una administración colonial que no tiene recursos, fiscales o intelectuales, los puertorriqueños y puertorriqueñas vivimos sometidos a una cuarentena con toque de queda y movilidad restringidas, pero sin pruebas diagnostica que guíen los trabajos.
Como no hay de otra y uno tiene que pasarse el día en la casa, y como una de las pocas razones permitidas por la ley para estar en la vía pública es el abasto de alimentos, dos más dos suma cuatro. “IS BBQ TIME”.
Ante esta situación, compramos medio pernil delantero que dejamos marinando por dieciocho horas en ajo, orégano, sal pimienta, aceite, vinagre y jugo de manzana.
Pasado el periodo de marinado, y mientras encendimos el “Weber Smokey Joe“, procedimos a secar bien la pieza con un papel y untar aceite de oliva en la piel de la pieza porcina.
Cuando el “barbi” estaba totalmente encendido, dividimos los carbones en dos partes para cocinar a fuego indirecto en el centro de la barbacoa donde colocamos la pieza.
Tapamos el asador con las ventanas de abajo totalmente abiertas y las superiores a poco menos de la mitad. Por experiencia sabemos que, en el Smokey Joe, eso produce más o menos unos 275 o 300 grados Fahrenheit.
Cada 30 minutos, cotejamos la cocción hasta que la carne alcanzó una temperatura interna de 170 grados Fahrenheit. En ese momento, incorporamos aceite con infusión de chiles colorados y arreglamos el carbón para cocción directa. Volteando la pieza sobre las brasas hasta que alcanzamos el tostado deseado del cuero.
En poco más de dos horas estábamos almorzando una delicada carne de cerdo que se deshacía con solo mirarla.
Me imagino que, de sobrevivir esta pandemia, parte de las historias que compartiremos al recordar la tragicomedia será el pernilito que nos ayudó a pasarla mejor.
¡Buen Provecho!
Por Gary Gutiérrez
Durante el pasado fin de semana encendimos a “Jimena” para tratar de ahumar unos perniles.
El proceso, de nueve (9) horas de cocción, no fue tan mal según el juicio de los voluntarios que le dieron “pa’ bajo” en la casa de la maestra Carmen Inés.
Aun cuando la estética de la pieza porcina dejo algo que desear, sobre todo cuando vino “al cuerito” que se pasó del crocante, el sabor y la textura fue suficiente para que mis amigos se sacrificaran y le atacaran sólido. Incluso lo que sobró se lo llevaron para el revoltillo con pan del domingo.
Claro, cuando se “corre” una barbacoa como Jimena por nueve (9) horas, lo más inteligente es incluir otras piezas para sacarle más provecho a la leña, que barata no es.
En esta ocasión dos codornices maridadas al seco con especias y limón cumplieron esa función.
Una de estas codornices terminó el lunes deshilachada en un sándwich de ensalada fría.
Desmenuzadas y cortadas las pechuguitas, se le incorporó cebollines frescos, arándano, y zumo de limón. Todo se aderezó con mayonesa comercial y se sirvió en pan de agua -especie criolla de pan francés- con tomate y aceite de oliva.
Ufff el juguito de limón hizo la diferencia… “buen porvecho”