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El Blog de Gary Gutiérrez

Observador social, iconoclasta aspirante a ácrata, apóstata, comantenedor del programa @tempranopr de http://www.pab550.com, y barbicuero de patio

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grillado

Carne “añejada” por 48 horas en salmuera seca y terminada con mantequilla al momento de “grillarla”


Atún grillado, entreteniéndome en domingo de pandemia…


Por los pasado seies meses de encerramiento voluntario, el ancestral arte de cocinar con fuego se tornó en mi principal forma de entretenimiento.

El planificar que voy a cocinar, encontrar los productos, preparar los mismos, encender el asador, son formas de mantener mi mente ocupada en estos tiempos que, por falta de concentración, ni leer puedo.

Es así que este domingo, mientras escuchaba «oldies»en Az Rock, le metí mano a unos trozos de atún que tenía en la nevera.

Tras mirar varias alternativas en la web, y cotejar que ingredientes tenía disponibles en la casa, decidí hacer una marinada de salsa de soja, aceite se ajonjolí, ajos, jugo de limas y orégano del patio.

Preparada la marinada, sumergí los «steaks» de atún en ese sumo por poco más de una hora, Mientras fui prendiendo preparando la barbacoa (Weber Smokey Joe) para cocinar estilo hibachi.

Pasada la hora de marinado, removí el pescado del marinado y los puse sobre un «rack» para que drenara el exceso de líquido. La marinera restante la guardé en la nevera.

Con el carbón totalmente encendido, es decir cuando todas las briquetas estaban cubiertas de ceniza blanca, puse las piezas sobre la parrilla a fuego directo por unos 4 minutos por cada lado. Este tiempo puede variar de acuerdo al punto de cocción deseado, en este caso un poco por encima de medio.

Para acompañar el atún, herví unas papas cortadas en cuartos, y las sofreí en aceite de oliva y la marinada que guardé.

El resultado fue un jugoso y tierno trozo de atún cubierto de una corteza caramelizada de la soja que le fue de maravilla a las papas y a un aguacate que, por casualidad, me trajo mientras cocinaba Don Julio, mi vecino.

Por supuesto, con el calor que todavía experimentamos, sabrán que le di «pa’ bajo» con una friíta…

¡BUEN PROVECHO!

«Asaduras»: valor añadido a la perfección


Si algo está claro es que, en mi mundo, cuando hago pollo a fuego lento en el «barbi», el valor añadido lo atesora el interior del ave.

Regularmente, al comprar un pollo fresco, en su interior viene las víceras del pollo. En algunos lugares de Puerto Rico a esos órganos, entre los que se incluye el corazón, la molleja, el cuello y el hígado. le llaman «las asaduras».

Aun cuando se usan para consomé o arroz, yo las sazono con el ave a la que divido por la mitad y le remuevo el espinazo para facilitar cocción.

Al poner las dos mitades de pollo en el «barbi», coloco el espinazo y las asaduras en algún lugar cercano a las brasas.

Si bien el pollo se toma una hora y media o dos para llegar a los 165 grados recomendados para que sea seguro, el espinazo y las asaduras están listas en unos 45 minutos.

Como dicen los PitBoys, estas asaduras y el espinazo son «good eat», y por supuesto, comérselas es «pit-master privilege».

En mi caso, con una Medalla pa’ que no me dañe el hambre… Buen Provecho

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