
Por Gary Gutiérrez
Es miércoles y por primera vez en casi dos semanas no tengo agenda matutina. Por supuesto ese es el día que tu cuerpo decide que las 6:30am es una buena hora para despertar.
Así que, tras el ritual de aseo y el buche de café mañanero, a esa hora decidí jugar con el viejo Weber. Me vestí y arranqué para el supermercado donde encontré una bandeja de caderas de pollo procesadas en el país.
En este caso, y experimentando, condimenté las caderas con adobo criollo, sal, pimienta aceite de oliva y un buen vinagre de manzana que es casi miel.
Para complementarlo, una búsqueda rápida por la Internet me llevó a la página de Food & Wine donde encontré una excelente receta de «Macaroni and Cheese with Bacon and Blue Cheese».
A fuego indirecto de la madera de manzana, las caderitas descansaron por 90 minutos. Por aquello de mantener una misma paleta de sabores, una roseadita del vinagre de manzana disuelto en agua, cada media hora.
Aprovechando el calor, los macarrones con queso se terminaron en el Weber por unos 20 minutos. Esto le dio un gusto ahumado bien interesante que amarró muy bien con el aroma y sabor del pollo.
Tras darle pa’ bajo, en la tarde quedó espacio para una siesta antes de irnos al programa de radio.
Buen Provecho