



Por aquello de darle un respiro al colesterol y a los triglicéridos, traté de buscar una alternativa más saludable. Para eso, las latas de atún que compré para la pasada temporada de huracanes, surgieron como una opción.
¡BUEN PROVECHO!
Sazonado con sal, pimienta y aceite de oliva saborizado con limón, se grilla el atún en la parrilla hasta alcanzar el término deseado. En este caso 135° fahrenheit.
Para acompañarle, una pasta aderezada con sal, pimienta, ajo, aceitunas rellenas de anchoas y el mismo aceite de oliva aderezado con limón que usamos en el pescado.
Se mezcla el aderezo en frío y se añade la pasta caliente para que absorba los sabores. Se termina con queso palmesano a gusto.
¡…buen provecho!
Entrada ya la tercera semana de confinamiento, el preparar alimentos «from scratch» es una buena forma de entretener la mente de forma productiva.
En esta ocasión atún fresco grillado al «barbi». Sazonado al gusto con aceite de oliva, sal y pimienta, el filete de atún se coloca directo sobre las brasa y, con la barbacoa tapada, se grilla durante 7 minutos por cada lado. Luego, cuando se enfría suficiente para ser manejada a mano, se desmenuza la carne y se prepara con mayonesa y los complementos que a uno le gusten.
Para acompañarlo, «pan frito». No uso el término «domplín», pues para mí usar este nombre para llamar esta almohada de harina implica que la receta lleva leche y huevos.
Esta la tomé de Mi Esquina Boricua y Más y la misma se me pareció más al pan frito de las naciones originarias en Norteamérica, que al «domplín» de mi niñez. Tal vez es una cuestión de diversidad regional, quién sabrá.
En resumen, no solo la pasé bien cocinando por dos horas, a la final saboreamos y disfrutamos el producto sin romper la cuarentena.
¡BUEN PROVECHO!