
Mortadella, carne molida, aceitunas negras y olor a carbón… pasta al horno en el patio.









Por aquello de entretenerme y sobrevivir otro domingo de encierre pandémico, decidí irme con algo despacito.

Ragú de cerdo y aceitunas negras en el «slow cooker» fue lo que se me ocurrió con lo que había en la casa.

Trozada una masa de cerdo, sofreí los pedazos con un poco de vino tinto en un sartén de hierro hasta sellarlos.

Luego salteé cebolla, ajos y pimientos, que incorporé junto a la carne en el «slow cooker».

En este punto añadí tomates romanos frescos en fetas, salsa de tomate comercial, aceitunas negras y albahaca seca. Tapé el «slow cooker» y lo dejé hacer su magia.

Una hora y media más tarde añadí orégano, albahaca y espinaca frescas para seguir la cocción.

Sesenta minutos a fuego lento, añadí la pasta pre-cocida y la terminé con queso palmesano rallado.

Tras dejarlo descansar unos minutos, lo serví con tostadas de baguette aderezadas con aceite de oliva y lo acompañe con un Tempranillo.
¡BUENO PROVECHO!!!