A menos de una semana de la partida a la tierra de los ancestros de uno de mis maestros, Pedro Malavet Vega, otra noticia estremece mi ser.
Cierra el periódico La Perla del Sur.
Más que un taller de trabajo, con sus luces y sus sombras como toda empresa comercial, para mí La Perla fue el espacio dónde aprendí a contar historias, expresar mis ideas y documentar mis experiencias. Tal vez, sin saberlo desde sus páginas aspiré a ser como Pedro.
En una ciudad devastada por malas decisiones políticas y económicas, el cierre de un medio de comunicación local es más que otro clavo en el sarcófago. Más aun cuando ese taller de trabajo es el medio de récord de la ciudad y la región.
Escuché en algún sitio que cuando los seres humano pierden su memoria y la capacidad de producir y acceder recuerdos han dejado de existir. Asumo que lo mismo pasa a los pueblos, al perder su memoria dejan de ser quienes son.
Ante esta ultima corrida de las rotativas de La Perla del Sur, me pregunto cuantas cosas más se van con los empleos, las luchas y las historias que llenan sus páginas.
Temo que con esta ultima tirada de La Perla se va parte de lo que somos como colectivo…
Ahora más que nunca, ¡SALUD Y RESISTENCIA!
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