Contestando mi pedido, Luccas, mi sensei barbiquero y pitmaster de La Manada Ribs, me provecho unas libras del carbón de quenepas que utiliza en sus asadores.

Ese carbón es otra cosa. Si bien tarda en encender, su consumo es más estable y sobre todo, produce muy poco del humo grueso que da un sabor amargo a las carnes, sobre todo cuando se habla de cocciones a lentas.

Por supuesto, todavía estoy tratando de entender y dominar la lógica de como quema y cómo mantener l temperatura estables.
No obstante el delicado aroma producto de su combustión es maravilloso y para mi, cambia las reglas del juego. No hay vuelta a el carbón industrial.
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