Por los pasado seies meses de encerramiento voluntario, el ancestral arte de cocinar con fuego se tornó en mi principal forma de entretenimiento.
El planificar que voy a cocinar, encontrar los productos, preparar los mismos, encender el asador, son formas de mantener mi mente ocupada en estos tiempos que, por falta de concentración, ni leer puedo.
Es así que este domingo, mientras escuchaba «oldies»en Az Rock, le metí mano a unos trozos de atún que tenía en la nevera.

Tras mirar varias alternativas en la web, y cotejar que ingredientes tenía disponibles en la casa, decidí hacer una marinada de salsa de soja, aceite se ajonjolí, ajos, jugo de limas y orégano del patio.

Preparada la marinada, sumergí los «steaks» de atún en ese sumo por poco más de una hora, Mientras fui prendiendo preparando la barbacoa (Weber Smokey Joe) para cocinar estilo hibachi.

Pasada la hora de marinado, removí el pescado del marinado y los puse sobre un «rack» para que drenara el exceso de líquido. La marinera restante la guardé en la nevera.


Con el carbón totalmente encendido, es decir cuando todas las briquetas estaban cubiertas de ceniza blanca, puse las piezas sobre la parrilla a fuego directo por unos 4 minutos por cada lado. Este tiempo puede variar de acuerdo al punto de cocción deseado, en este caso un poco por encima de medio.

Para acompañar el atún, herví unas papas cortadas en cuartos, y las sofreí en aceite de oliva y la marinada que guardé.

El resultado fue un jugoso y tierno trozo de atún cubierto de una corteza caramelizada de la soja que le fue de maravilla a las papas y a un aguacate que, por casualidad, me trajo mientras cocinaba Don Julio, mi vecino.
Por supuesto, con el calor que todavía experimentamos, sabrán que le di «pa’ bajo» con una friíta…
¡BUEN PROVECHO!
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