Lograr una corteza crocante en las papas fritas, para mi, es una obsesión.

Mirando una competencia de cocina en Youtube noté que uno de los participantes remojó las papas en agua con vinagre 🤯.

En minutos corte unos tubérculos y los dejé remojando en el refrigerador con vinagre blanco reducido con agua y aderezado con sal y pimienta por 30 minutos.

Luego las puse a freir tapadas (frías de nevera). Diez o 15 minutos más tarde no las destapé y las moví jamaqueando el caldero hasta lograr el color deseado.

Definitivamente, el vinagre «la hace». Las papas crocantes por fuera y tiernas en su interior.

En este caso, las papas fueron una base maravillosa para un «pull pork» con salsa de guayaba terminado con queso palmesano.

¡BUEN PROVECHO!