Buscando ser creativo durante el ya consabido confinamiento salubrista, encontré en el congelador una salsa chimichurri preparada por Cathy en El Tablajero hace unas semanas.

Ante el hallazgo, tome unos pedacitos de biftec los sazoné, en Puerto Rico diríamos adobé con ajo, orégano, sal y mucha pimienta.

Macerado por una hora, tiré la carne sobre las brasas del hibachi.

Mientras se grillaba la carne, mezclé la salsa chimichurri con queso palmesano rallado y le tiré encima pasta penne recién cocida al dente.

Finalmente, y con el perdón de las madres argentinas, le añadí queso y la serví como complemento de la carne.

Aun cuando poco ortodoxa, la confinación bregó bien y con cerveza no tuvo precio.

¡BUEN PROVECHO!