Para entretenerme durante el encerramiento impuesto  por el estado ante la pandemia de COVID 19,  recurrí a la barbacoa. Ese arte de dominar el fuego y utilizarlo para cocinar carnes de la forma más ancestral.

En esta ocasión, y buscando alternativas económicas que nos alimente por varios días, encontré medio pernil delantero. Esta pieza tiende a ser más económica que su contraparte trasera que regularmente suele ser mas dura.

Al llegar a casa, y mientras desinfectaba la compra para entrarlas a la casa, recordé una receta para chuletas ahumadas que llamaba a marinar la carne porcina en jugo y vinagre de manzana.

Así puse el pernil en una bolsa plástica reutilizable, incorporé varias cucharadas de adobo seco comercial con pimienta, varios dientes de ajos, media taza de vinagre de manzana y una taza de jugo de manzana y la guardé en el refrigerador

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Setenta y dos horas más tarde, preparé la barbacoa para cocción indirecta.

Mientras el barbi estabilizaba su temperatura, removí la carne de la bolsa plástica, la seque con un papel toalla y terminé roseando una pequeña capa de sal y pimienta sobre toda la posta.

Finalmente, para darle un poco más de dimensión y sabor, añadí unos pedazos de madera de manzana al fuego y colocamos la carne sobre una parrilla en un cubilete con un poco de agua para mantener humedad en el barbi.

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Pasado unos 90 minutos con la barbacoa cubierta y las ventanillas abiertas, volteamos la pieza, añadimos más jugo de manzana con vinagre a la carne y un poco de aceite saborizado a la piel. Volvimos a tapar la barbacoa, pero con las ventanillas a medio cerrar.  Así, cada hora hasta alanzar la temperatura interna de 180 grados Fahrenheit repetimos el proceso de añadir aceite al cuero y jugo a la carne.

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El resultado fue una pieza con una dulce «corteza» producto de la caramelizarción de los azúcares del jugo. Su carne bien tierna, pero con consistencia para cortar el lascas y también con un trasunto dulzón que me pareció bien agradable.

Fabuloso para acompañar un buen bourbon o un ron añejo de buena calidad.

Mi única queja es que el ahumado me produjo un cuerito con un fuerte sabor a caramelo y demasiado oscuro para mi gusto. Asumo que la próxima no usaré la madera a ver cómo resulta el cuero.

No obstante, cuando viene a pernil, al barbi o al horno, creo que el jugo de manzana si la hace. Hay que repetirlo.

Buen provecho y recuerden que que durante la pandemia, el distanciamiento debe ser físico y nunca social…