Cuando viene a controversias que levantan pasiones entre los ponceños, una de las principales tiene que ser dónde hacen el mejor pan.
Como los Hartfield y los McCoy del sureste estadounidenses, generaciones de ponceños se dividen en torno a cual de las dos panaderías emblemáticas de la Ciudad, La imperial o La Boriqueña, prepara el mejor pan de agua.
Es decir, quién prepara mejor esa versión de pan que se distingue por una crocante corteza tostada y un esponjoso interior. Una especie de híbrido entre el pan italiano y el baguette francés.
Controversia aparte, hay algo en que La Boriqueña en el Coto Laurel de Ponce si tiene la ventaja. Su cafetería «old school» de esta panadería es una ermita donde, como relicario cultural, se guarda y se conserva la mejor tradición para desayuno ponceño.
En Ponce, esa gastronomía mañanera incluye el sándwich de jamón, queso y huevo. Por supuesto «con todo», que en Ponce significa lo que la receta de la casa incluya.
En el caso de La Borinqueña, el emparedado sale con dos huevos, varias lascas gruesas de jamón y un par de rebanadas de queso americano. Esa creación del genio industrial estadounidense que no es queso realmente, pero que nos cautiva cuando niños y que nunca podemos superar realmente.
Además incluye lechuga del país, tomate, ruedas de cebolla blanca cruda, todo adrezado con mayonesa, ketchup, sal y servido en el pan de agua de la casa.
Ese es el secreto pues, tanto en La Boriqueña, como en su archirival La Imeprial, el pan sale del horno cocido al punto que permite, cuando se usa para sándwiches, terminar la cocción en la plancha o tostadora de presión.
En fín que, si usted quiere experimentar lo que es desayunar sándwich «Ponce Style», La Boriqueña en el Coto Laurel «la hace».
Sobre qué pan es el mejor, no me meto ene eso. Esa se la dejo a usted, si viene Ponce, visite las dos panaderías y únase al equipo de entienda, «team Boriqueña» o «team Imperial».
¡Buen provecho!
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