Si algo sabe todo el que se dedica a la barbacoa casera, es que rara es la vez que no sobra comida. Claro, hay veces que lo que sobra no da para mucho, pero tampoco es como para botarlo.

Esta semana fue un ejemplo de este caso. Sobraron dos costillas y dos caderas, ambos ahumados con madera de manzana que no teniamos intensión de botar.

El remedio, un paquete de lentejas secas, un poco de espinaca fresca  y caldo base de vegetales.

Costados en trozos, a fuego lento en un caldero (olla para los del norte) se sofríen en aceite saborizado con ajos  las carnes que nos quede.

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Tras unos minutos tapado, las carnes comienzan a soltar sus aceites y sabores, se incorpora el sofrito y las hierbas que usted prefiera, en este caso orégano del patio secado en la casa.

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Se continua sofriendo la mezcla, y se tapa otro ratito para que todo se incorpore. Luego se le añade el caldo, se le sube el fuego y cuando comienza a hervir incorpora las lentejas previamente remojadas. Se baja el fuego y se tapan hasta que los granos se ablanden.

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En este punto se coteja de sal y se le incorpora las hojas de espinacas. Se tapa nuevamente y se deja secar a gusto tapadas a fuego bajo.

Finalmente solo resta buscar un fría y darle pa’ bajo….

!buen provecho!

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