Por Gary Gutiérrez / Fotos tomadas de Voces de Sur
“Sí. Definitivamente”
Así contestó el oficial policiaco Carlos Miranda Soto cuando la periodista Michelle Estrada Torres le preguntó si el Estado tiene la autoridad para decidir dónde protestan los ciudadanos.
Además de la ignorancia que la respuesta denota, las expresiones del policía que nunca se leyó a Fusté apuntan a una mentalidad fascistoide, terminó que en ingles se define como crypto-fascist.
Estos términos definen a personas cuyo pensamiento encarna las doctrinas del totalitarismo fascista sin necesariamente ser fascistas o entender los que es el fascismo.
Según definición.de, “[e]l fascismo se basa en un Estado todopoderoso que dice encarnar el espíritu del pueblo. La población no debe, por lo tanto, buscar nada fuera del Estado, que está en manos de un partido único. El Estado fascista ejerce su autoridad a través de la violencia, la represión y la propaganda (incluyendo la manipulación del sistema educativo).”
Aun cuando regularmente se vincula al fascismo a una economía dirigida por un estado que controla o nacionaliza los medios de producción, algunos pensadores como Gaetano Salvemini apuntan a que en el fascismo los contribuyentes terminan pagando por los errores de la empresa privada. Entiéndase, la socialización de los costos y la privatización de la ganancia.
Si se toma lo anterior como premisa válida, podemos ver como lo que está ocurriendo en Peñuelas se revela como una especie de ventana al futuro que aspira la clase política del país.
No es solo un futuro dónde, con la bendición de la clase política que se divide en dos partidos con más o menos la misma visión de mundo, el aparato económico se consolide desde el Estado para el beneficio en unas pocas manos. Fueron estos los que a nombre del pueblo tomaron prestados el dinero que se distribuyó entre el capital privado y que ahora pretenden que todos y todas paguemos.
Ese futuro incluye que la violencia del Estado, encarnado en la Policía, se levante como regente único del espacio público y el quehacer social. Sirviendo así de muro de protección para la empresa privada y el servil estamento político.
Claro uno pudiera decir, ese no es el futuro, es el presente.
Sin embargo, los héroes y heroínas de Peñuelas demuestran que ese futuro todavía no se consolida.
Peñuelas, como la Universidad, demuestra que todavía hay sectores que no están dispuesto a entregarse y seguir ciegamente las órdenes que, socolor de la autoridad del Estado, quieren imponer por la violencia fascistoides como Miranda Soto.
Es de esa forma que Peñuelas desenmascara la burocrática clase política del país, dejando claro que, si van a ser facistoide, tendrán que hacerlo abiertamente y enfrentar el juicio de la historia.
Salud y resistencia
2017-08-25 at 11:55
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