Publicado originalmente en La Perla del Sur

En el epílogo del libro La Ética del Hacker, el sociólogo español Manuel Castells deja claro que en los tiempos que vivimos ninguna empresa puede ser exitosa si no parte de la pasión por lo que hace.
Si la máxima del gigante pensador catalán es correcta, entonces no hay duda de que D’kanter, el nuevo espacio gastronómico de la ciudad, llegó para quedarse.
En esta nueva parada obligada de la calle Isabel de Ponce se respira pasión por la buena comida, por los vinos, pero sobre todo por el servicio.
Admito que soy fondero y el “fine dining”, las cenas de mantel blanco o los restaurantes “estira’os” no me atraen. Tal vez por eso la invitación para compartir la experiencia del salón principal en D’kanter no me entusiasmaba mucho.
No obstante, de entrada confirmé que se trataba de otra cosa y que el chef David Vera Yambó, responsable principal de la gastronomía en D’kanter, se proponía cautivarnos como si fuéramos adolescentes enamorados.
Como es mi costumbre, inmediatamente lancé el primer golpe y le dije al veterano mesero David Andújar, “Dile al Chef que envíe lo que él quiera y para tomar lo que Héctor Álvarez Trujillo -responsable de las cientos de etiquetas de vinos en la cava de la casa- “entienda qué va bien con los aperitivos seleccionados”.

La bola estaba en la cancha de la casa. Sin embargo para mi sorpresa, el mesero regresó con unas tacitas en cuyo interior reposaba un espeso líquido blanco. Entonces, añadió “El chef quiere que prueben la crema de pollo con pimientos rostizados”.
Una a cero a favor de la casa. El inesperado e intenso sabor a pollo, complementado sutilmente por los acentos del pimiento, era poco menos que cautivador. El chef dejaba claro que él estaba en control de la noche.
La sopa fue seguida por dos platos de aperitivos, cuál de los dos mejor, pero diferentes: croquetas de risotto y setas rellenas.
Las primeras, muy delicadas donde el queso era el protagonista y, como toda la comida de Vera, los condimentos solo sutiles complementos que exaltan el sabor principal.
No obstante las setas rellenas fueron una sorpresa. Su sabor explota en boca como un beso inesperado. Sencillamente espectacular.
La sugerencia para acompañar los aperitivos no pudo ser más adecuada. Un albariño de intenso tono verdoso de la etiqueta Algabeiro (2013), que complementó maravillosamente las croquetas mientras nos ayudaron a domar las setas.
No bien terminado el primer curso, Héctor envió a decantar un tempranillo de la Rivera del Duero de nombre Celeste (2010). Tan pronto lo descorcharon su aroma anunciaba a gritos las rojas frutas del elixir.
De igual modo, dejaba claro que lo próximo sería carne, pero nada nos preparó para la intensidad de los platos principales. Vera daba el “coup de grâce”, nos tenía acorralados y lo sabía.
Frente a nosotros desplegaron dos platos cuyo aroma arropó el salón: una pata de cordero, cocida a la perfección por 10 horas a fuego lento y una pasta con rabo de buey desmenuzado.
Ambos perfectos ejemplos del estilo característico de Vera y su cocina simple, donde los aromáticos complementan y destacan los sabo-res del ingrediente estelar del plato.
La suerte estaba echada, la calidad de la comida, los vinos y, sobre todo, el amigable servicio en D’kanter nos había embelesado.
Pero todavía hay más. A la mesa llegó un espumante para acompañar al postre.
Un Brutt D’arge dulzón y juguetón, acompañado por un bizcocho de champaña y un soufflé de vainilla. Ambos muy “sensualmente” ba-lanceados y delicados al paladar, como debe ser.
En fin, como ya indicamos, si algo define a D’kanter es la pasión por los detalles, el servicio y la calidad de los productos.
Pero sobre todo, este nuevo espacio se distingue por la pasión de servir y de mimar a quiénes lleguen para compartir sus mesas, lo mismo en el salón “fine dining” como en la maravillosa terraza donde se ofrece un menú informal de hamburguesas, pizzas personales y tapas, acompañado con música en vivo.
Definitivamente, este espacio merece el respaldo de la ciudad…
¡Buen provecho!
(Para datos adicionales puede llamar al 787-944-4460)
15 de abril de 2015
2015-04-20 at 19:38
SU ARTICULO ESTA MUY INTERESANTE,YA QUE SOY UN ASIDUO DE RESTAURANTES(REST. CHASER) DE BUEN GUSTO.SIEMPRE ES BUENO SABER EL MONTO,POR EJEMPLO,LO Q USTED DEGUSTO CON VINOS Y TODO,SIEMPRE ACOSTUMBRO HACERLO CON OTRA PAREJA ACOMPAñANTE ADEMAS DE MI ESPOSA,ASI UNO PUEDE PRESUPUESTAR,EN UNA OCASION VISITE EL MELIA RESTAURANT Y GASTE CASI $1000.00 PARA MAS DE LO MISMO,EN SAN JUAN ESTAS CHORETO DE RESTAURANTES,INCREIBLEMENTE HORRIBLES,SALUDOS,CHE RIVERA.YO SOY DE JAYUYA Y TENGO MI CASA ALLA,PERO VIVO EN SAN JUAN HACE 43 AñOS.ATTE.CHE Date: Mon, 20 Apr 2015 11:52:19 +0000 To: riverache@hotmail.com
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2015-04-20 at 21:27
Saludos: agradezco su comentario y entiendo que su petición es legítima.
No me considero crítico o conocedor, solo escribo estas crónicas por diversión. Por esta razón no entro en esos detalles.
No obstante, contestando su amable pregunta, me parece que D’ Kanter es razonable dentro de el nivel de servicio. Dependiendo de lo que decida beber, pues hay vinos de cientos de dólares, estamos hablando entre $20 a $50 por silla.
Nuevamente, gracias por escribir.
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2015-04-20 at 09:06
!Saludos;amigo Gary…te quedas corto añadele un persol esmerado en hacerte sentir como si no existiera nadie mas;fui.vi ,comi y me enamore( con permiso de mi esposa),fue una experiencia de primera;la pata de cordero es clase aparte.! La Paz Contigo…Y con los tuyos.
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